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Investigador encuentra el manuscrito de un ensayo posterior a 'La naranja mecánica' en el que Burgess continuó explorando el tema del mal

Este fin de semana diversos medios dieron a conocer el hallazgo realizado en el archivo de Anthony Burgess de The Clockwork Condition, un texto en donde el autor continuó explorando el origen del mal en la condición humana según lo planteó en su novela La naranja mecánica (A Clockwork Orange en inglés, de donde el manuscrito toma parcialmente el título).

Como sabemos, la obra de Burgess, publicada originalmente en 1962, cuenta los hechos (ficticios) de un joven de 15 años, Alex, que parece estar naturalmente inclinado hacia la violencia, la cual ejerce de maneras especialmente peculiares en compañía de un grupo de amigos. Este antihéroe de Burgess podría resultar antipático de no ser, quizá, por cierta vena seductora y aristocrática que también forma parte de su comportamiento, expresada en parte por su gusto irrefrenable por la música de Ludwig van Beethoven. La novela narra también la reconversión paulatina del carácter de Alex a través de técnicas inspiradas en la psicología conductal, mismas que a su vez se imponen con violencia sobre el muchacho.

En el texto encontrado, Burgess continuó reflexionando sobre el tema pero ya no de una forma narrativa, sino ensayística. De acuerdo con Andrew Biswell, investigador adscrito a la Universidad Metropolitana de Manchester y quien realizó el hallazgo en el archivo póstumo del autor, el manuscrito es un ensayo de pretensiones filosóficas sobre "la condición del hombre moderno", con una estructura que emula la organización del Infierno en la Comedia de Dante.

Según Biswell, la idea de este texto fue propuesta por el editor de Burgess poco tiempo después del estreno de la adaptación que realizó Stanley Kubrick de A Clockwork Orange en 1971. Ante el éxito y la polémica de la cinta, el editor preguntó a Burgess si podría realizar una obra de "seguimiento" de su novela. El autor aceptó y comenzó a escribir un ensayo en torno al individuo y la libertad, que al parecer estaría ilustrado con fotos extrañas y citas de otros escritores. Para 1972, Burgess tenía ya terminado un texto de 200 páginas.

Con todo, Burgess nunca dio a la imprenta The Clockwork Condition (título que en español podría traducirse como La condición mecánica), y el manuscrito fue siempre objeto de especulación. Al parecer el escritor nunca estuvo realmente satisfecho con el resultado obtenido, según Biswell porque eventualmente se dio cuenta de que la tarea excedía sus capacidades. "Burgess se consideraba novelista, no filósofo, así que abandonó el proyecto", asegura el investigador.

Sin embargo, ante el hallazgo, es posible que encontremos eventualmente en librerías esta obra póstuma que incluso en nuestra época puede ser recibida con interés y entusiasmo, pues, después de todo, el problema del mal no parece resuelto.

 

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