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Una condición médica pudo ser la ventaja creativa de Da Vinci

¿Qué convierte en genio creativo a una persona? Esta pregunta ha suscitado las respuestas más variadas, pues mientras algunos consideran que se trata de una cualidad innata, acaso genética, para otros el genio es más bien resultado de la tenacidad, la constancia y la curiosidad

Sin embargo, también puede ser que el azar intervenga más de lo que creemos, pues a veces la circunstancia más impensada se convierte en el factor distintivo que conduce al cultivo de la creatividad.

Ese puede ser el caso de uno de los genios más admirables de todas las épocas: Leonardo da Vinci. Pintor, inventor, teórico del arte, escritor en sus momentos libres, científico y varias otras cosas más. El artífice de imágenes ahora icónicas como la Mona Lisa o La última cena ha sido por muchos años objeto de interés y enigma, pues no puede entenderse cómo una persona puede ser capaz de crear tanto y con tanta calidad.

De acuerdo con un estudio reciente, es posible que al menos la singularidad que llevó a Da Vinci a convertirse en un pintor excelso haya sido nada menos que el estrabismo ocular, esto es, dicho coloquialmente, que el genio italiano haya sido bizco.

La investigación que sugiere esta posibilidad fue dirigida por Christopher Tyler, profesor de la Escuela de Optometría de la City University of London, quien analizó seis pinturas de Da Vinci y del maestro de éste, Andrea del Verrocchio, en particular el alineamiento en los ojos de las personas retratadas. Entre otras, Tyler realizó observaciones sobre El hombre de Vitruvio y Salvator Mundi.

En su análisis, Tyler encontró que Da Vinci tuvo una capacidad especial para representar escenas tridimensionales en planos de dos dimensiones, particularmente en sus obras pictóricas pero también en sus esculturas. En otras palabras, es posible que el artista pudiera alternar voluntariamente entre mirar con ambos ojos (y tener una visión estereoscópica) o con uno solo (y tener una visión monocular), esto debido a una forma particular de estrabismo conocida como exotropía.

En la historia del arte, se sabe que otros grandes pintores como Rembrandt, Picasso y Degas también padecieron algún tipo de estrabismo. Si a estos nombres se suma el de Da Vinci, queda claro que una condición médica no es en modo alguno un obstáculo para desarrollar un talento y, más bien, paradójicamente, puede convertirse en una ventaja.

 

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