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Un estudio indagó la manera en que la atracción física se manifiesta en 50 países diferentes, y estos son los resultados

Si en ocasiones la atracción sexual puede ser percibida con cierta impresión “enigmática”, esto se debe en buena medida a que en el ser humano la sexualidad es indisociable de la cultura. A diferencia de otros animales, en nuestra especie la supervivencia y la evolución ocurrieron gracias al desarrollo de recursos derivados de nuestro entendimiento del mundo que poco a poco, conforme los años pasaron y los aprendizajes se acumularon, dieron lugar a esa red un tanto compleja e intrincada de saberes y prácticas que por comodidad llamamos “cultura”. Y ahí también se encuentra la sexualidad.

En ese sentido, la atracción puede ser, en efecto, enigmática. Si bien lo deseable sería que si dos personas se gustan esto simplemente se manifestara con claridad, con frecuencia no ocurre así y la atracción sigue, más bien, caminos sinuosos y acaso también confusos.

Pero, después de todo, la sexualidad ocurre en el cuerpo, y podría decirse que todo lo que ahí se manifiesta es siempre auténtico. Cuando la atracción sexual toma posesión del cuerpo, sus signos son claros.

En parte esa fue la conclusión a la que arribó un equipo de investigadores dirigido por el psicólogo R. Matthew Montoya de la Universidad de Dayton (Ohio, EEUU), el cual examinó la respuesta a la atracción sexual según ocurre en 50 países diferentes, tomando en cuenta la singularidad cultural de cada uno.

De acuerdo con sus observaciones existen al menos tres signos corporales, comunes en todas las culturas analizadas, que indican de manera casi inequívoca cuando una persona se siente atraída por otra. Estos signos son:

· Hacer contacto visual

· Sonreír

· Iniciar una conversación

Por otro lado, los investigadores recabaron información sobre otros dos signos que pueden ser exclusivos únicamente de las culturas occidentales:

· Asentir repetidamente con la cabeza 

· Imitar inconscientemente ciertos gestos 

De acuerdo con el equipo, cuando un individuo se siente atraído por otro, surge una tendencia inconsciente de comportamiento que hace a dicha persona querer mostrarse confiable frente a aquella por la cual se sintió atraída.

Por otro lado, en la investigación no se encontró evidencia que sustentara la creencia generalizada de que ciertos gestos (como acomodarse el cabello, levantar las cejas o abrir la postura general) sean también signos de algún tipo de atracción física. Al parecer, estas ideas que se repiten con cierta frecuencia son en realidad falsas.

Cabe mencionar, por otro lado, que en este estudio se descubrió también que dichos gestos no son exclusivos del cortejo sexual, sino que pueden presentarse en otras situaciones en las que una persona se siente cómoda con otra; por ejemplo, cuando se está en compañía de un amigo (a), cuando los padres interactúan con sus hijos, en el trato entre un médico y un paciente, e incluso, entre un vendedor y un cliente. 

¿Qué te parece? Quizá valga la pena reflexionar sobre aquello que creemos saber de la atracción sexual y, en todo caso, considerar este otro aspecto que se sugiere en la mencionada investigación: más que intentar "leer" al otro, quizá baste con que nosotros mismos busquemos ser confiables hacia aquellas personas que consideramos que merecen nuestra atención.

 

El estudio fue publicado en la revista especializada Psychological Bulletin y puede consultarse en este enlace

 

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Imágenes: Breakfast at Tiffany's, Blake Edwards (1961)