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Neruda sobre hacer silencio, entrar en comunión y aprender de la tierra

Arte

Por: Luis Alberto Hara - 03/10/2018

¿Qué ocurriría si todos los seres humanos y sus máquinas se quedaran quietos e hicieran silencio al mismo tiempo?

Es apropiado que uno de los más grandes poemas sobre el silencio sea un llamado al silencio. La poesía nace del silencio de la misma manera que la música es el espacio entre las notas, según dijera Debussy. La poeta Adrienne Rich lo expresa así: "el impulso a crear inicia en un túnel del silencio". El silencio como potencialidad es la fuente inagotable de la palabra creadora, que hace luz sobre el abismo perpetuamente. Pablo Neruda llama a hacer silencio y aprender de la tierra, que en el silencio y en la muerte demuestra que la vida es más fuerte. Así que sin más rodeos de palabras que manchen el silencio, "A callarse":

Ahora contaremos doce
y nos quedamos todos quietos.
Por una vez sobre la tierra
no hablemos en ningún idioma,
por un segundo detengámonos,
no movamos tanto los brazos.
 
Sería un minuto fragante,
sin prisa, sin locomotoras,
todos estaríamos juntos
en una inquietud instantánea.
 
Los pescadores del mar frío
no harían daño a las ballenas
y el trabajador de la sal
miraría sus manos rotas.
 
Los que preparan guerras verdes,
guerras de gas, guerras de fuego,
victorias sin sobrevivientes,
se pondrían un traje puro
y andarían con sus hermanos
por la sombra, sin hacer nada.
 
No se confunda lo que quiero
con la inacción definitiva:
la vida es sólo lo que se hace,
no quiero nada con la muerte.
 
Si no pudimos ser unánimes
moviendo tanto nuestras vidas,
tal vez no hacer nada una vez,
tal vez un gran silencio pueda
interrumpir esta tristeza,
este no entendernos jamás
y amenazarnos con la muerte,
tal vez la tierra nos enseñe
cuando todo parece muerto
y luego todo estaba vivo.
 
Ahora contaré hasta doce
y tú te callas y me voy.
 

(Con información de Brain Pickings)