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Las mujeres toman principalmente esto en cuenta para seleccionar una pareja; los hombre esto

Sociedad

Por: Luis Alberto Hara - 02/01/2018

Las mujeres y los hombres están más sujetos a los instintos biológicos de lo que se cree.

No hay nada que motive más o que sea más importante para el ser humano que encontrar una pareja. Por más sofisticados que seamos, el pulso de reproducción biológica y de aceptación psiosocial que significa tener una pareja corre profundo en nosotros. La mayoría de nuestros actos, sin darnos cuenta, están orientados a esto.  

El psicológo Jordan Peterson ha estudiado a fondo este tema, utilizando estudios clínicos y su experiencia como terapeuta. Peterson apunta que aunque generalmente creemos que buscamos a alguien amoroso, gentil, empático, o con este tipo de suaves cualidades emocionales,  los estudios no soportan esta conclusión. En realidad nos domina más la biología, y el impulso de nuestros genes de perpetuarse, de lo  que creemos. 

Peterson cita un estudio realizado en Canadá en el cual se averiguaron los factores principales que entran en juego en la selección de pareja. El estudio usó la premisa de que el número de parejas que adquiere una persona indica qué tanto una persona es elegida por el otro sexo, lo cual es tomado como un índice de deseabilidad o aptitud de reproducción. En el caso de los hombres se selecciona principalmente la fertilidad, indicada por la belleza y la proporción entre la cintura y la cadera, y rasgos neoténicos (mujeres con estas características tienen más parejas). La neotenia es la conservación del estadio juvenil en el organismo adulto en comparación con su ancestros u organismos cercanamente emparentado, es decir en cierta forma los hombres eligen a mujeres que conservan rasgos juveniles. Peterson señala que esto puede verse en las modelos y en la idea de "cute", aquello que nos parece adorable o tierno.

Para las mujeres es importante el estatus socioeconómico de un hombre. Para una mujer no existe correlación entre las parejas que tiene y su estado socioeconómico, mientras que para los hombres existe un notable correlación: entre más alto estatus más parejas. Esto sugiere que las mujeres eligen a hombres exitosos y esta selección, dice Peterson, es lo que motiva que muchos hombres busquen, de manera consciente o inconsciente -y a veces casi enfermiza- el poder, el dinero y el éxito. Esto también parece motivar que los hombres sean más competitivos.  Peterson sugiere que en el caso de los hombres, existe una enorme desigualdad entre la cantidad de parejas que tienen. Unos pocos hombres en lo más alto de la pirámide del estatus llegan a tener cientos y hasta miles de parejas, mientras que la mayoría tiene muy pocas. En las mujeres la distribución es más pareja.

Existe una posible explicación biológica para ambas selecciones: la belleza es en gran medida un indicador de fertilidad para los hombres; para las mujeres el estatus es una señal del poder o capacidad de un hombre de protegerla y proteger a su descendencia, asegurándose que sus hijos puedan desarrollarse y ellos también esparcir sus genes.