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Estas no son buenas noticias para la humanidad: las personas empáticas o prosociales suelen ser más depresivas

Un reciente estudio científico arroja datos perturbadores sobre ciertas actitudes y su relación con la depresión. De manera un tanto reduccionista,  se sugiere que los cerebros buenos quedan en último lugar.

En el estudio se utilizó un modelo que mantiene que los seres humanos pueden categorizarse en base a sus reacciones a la desigualdad económica: el 60% de las personas son prosociales; el 30% individualistas y el 10% competitivos. Los prosociales prefieren la igualdad y se preocupan por esto; los individualistas en general  se preocupan solamente de maximizar sus propios recursos y el grupo más pequeño, se interesa por tener más que los demás.

En un experimento se realizó una simulación sobre la distribución de recursos. Los prosociales manifestaron una activación de la amígdala cuando recibían más dinero que los otros, así como también cuando recibían menos. Los individualistas sólo manifestaron activación en esta zona relacionada al estrés y al miedo cuando recibían menos que los demás. En otras palabras, ambos grupos se sentían mal cuando eran víctimas, pero sólo los prosociales se sentían mal cuando había desigualdad de la que se beneficiaban. Luego, en otro estudio, investigadores correlacionaron indicadores de depresión con patrones prosociales, encontrando una relación significativa.

Esto confirmaría una hipótesis previa que señala que ciertas características como la empatía extrema o la propensión a la culpa, están asociadas con la depresión, algo que aparentemente se hace patente en la zona más primitiva y automática del cerebro.

En primera instancia, como concluye el sitio Scientific American, esto significa que ciertas cualidades que pueden ser tenidas socialmente como valiosas, no lo son tanto desde una perspectiva de salud individual. Sin embargo, debemos de tomar con cierta reserva este tipo de conclusiones, ya que la depresión es un fenómeno complejo -y es sumamente reduccionista decir que, por ejemplo, una sensación prosocial o empática causa depresión o está vinculada con la depresión-. Notablemente, por ejemplo, el altruismo o la acción filantrópica está vinculado con la producción de serotonina. Por otro lado, habría que revisar también el concepto de depresión, y quizás entender que la depresión no necesariamente es algo malo, quizás en este caso es una respuesta sana a un mundo insano, en el que el egoísmo reina y es recompensado. Como dijera Krishnamurti: "no es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma". Y quizás, estos individuos a la larga, serán recompensados por sus valores humanos, más que aquellos que se protegen a sí mismos por sobre los demás.

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