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Dan Nixon ha encontrado evidencias que sugieren que el apego a los teléfonos celulares forma parte de una “crisis de atención” que podría ralentizar la productividad laboral y desencadenar crisis financieras como la del 2008

Los humanos, ¿realmente somos capaces de ser multitask? Si bien el ego humano asegura que se puede prestar la misma cantidad de atención cuando se responde un mensaje de texto mientras se continúa una conversación con alguien que está presente, la realidad es que gran parte de la atención se desvía hacia uno de los dos elementos y, en la mayoría de las ocasiones, se ocupa en el teléfono celular. De acuerdo con Dan Nixon, blogger que trabaja en el departamento de estrategia y contenido para el Bank of England, esta desviación de la atención, causada por los gadgets electrónicos, ha tenido un impacto negativo en en la productividad de las personas y, por lo tanto, en la economía de los países.

Nixon ha encontrado evidencias que sugieren que el apego a los teléfonos celulares forma parte de una “crisis de atención” que podría ralentizar la productividad laboral y desencadenar crisis financieras como la del 2008. Se trata de una correlación significativa: “En la última década, el crecimiento de la productividad se ha ralentizado, mientras que los embarques globales de teléfonos inteligentes han crecido”.

De hecho, se estima que la interacción de los seres humanos con sus celulares es en promedio de 2 mil 617 veces al día. Y si bien no existe una potencial relación de causa y efecto –que los teléfonos móviles sean los causantes de la baja en la productividad– se ha establecido que “las distracciones en el trabajo –correos electrónicos, notificaciones en los teléfonos, ruidos de la oficina– afectan la productividad vía dos canales”. En palabras de Nixon:

La primera aseveración es simplemente que las interrupciones, tales como utilizar el Internet en el trabajo por razones personales o quedarse atrapado en la espiral de las redes sociales, reducen el tiempo de trabajo. Esto empeora con el hecho de que nos toma 25 minutos regresar a estar enfocados en una tarea después de haber estado distraído. Mientras tanto, la afluencia de correos, llamadas y mensajes instantáneos al trabajo podría reducir nuestro CI y debilitar la calidad de nuestro trabajo.

El segundo argumento es que las distracciones alteran nuestros modos de pensar a largo plazo, con trabajadores que desarrollan hábitos basados en las distracciones causados por cosas como los scrolls infinitos en redes sociales. Hay una investigación que sugiere que una vez que estás distraído por algo, es más probable distraerse uno mismo en el futuro. Esto lleva a pensar acerca de cómo el multitasking y los correos podrían ser influencias negativas en el lugar de trabajo, y se debería promover, mejor, hábitos libres de distracciones y ‘trabajo profundo’.

Ahora bien, según Nixon, se requiere mucha más información sobre la relación entre la atención, la productividad y la influencia de los teléfonos inteligentes; sin embargo, la evidente caída en la productividad después de la crisis financiera es un hecho en el que el especialista hace énfasis como relevante para desarrollar investigaciones empíricas más profundas. Después de todo, en los últimos años han surgido múltiples estudios científicos que demuestran que el abuso de los gadgets electrónicos durante la infancia puede resultar en daños neuropsicológicos.