*

Insecticida asociado con el declive de la población mundial de abejas debería ser prohibido en todo el mundo, según evidencia

Las abejas, y en general los insectos polinizadores, son vitales para la gran mayoría de las formas de vida en el planeta. Se suele citar una frase atribuida a Einstein de que si las abejas desaparecieran del mundo, en unos pocos años la humanidad las seguiría. En los últimos años, hemos presenciado un preocupante colapso en las poblaciones de abejas en buena parte del mundo. Desde 1987 el 29% de las especies de abejas se ha incrementado, pero el 49% ha declinado. Y diversa evidencia fundamenta la noción de que aproximadamente la mitad de la población de abejas solitarias ha declinado.

El colapso de las abejas ha sido un tanto misterioso, aunque hoy en día sabemos que se debe a múltiples factores, entre ellos el uso extremo de pesticidas tóxicos. Uno de ellos, la familia de insecticidas neonicotinoides, se encuentra bajo estricto escrutinio después de numerosos estudios que apuntan a que juega un papel determinante en dicho colapso. 

Una reciente investigación mostró que en lugares donde se usó este insecticida la población de insectos voladores decreció hasta en un 75%. Una comisión europea ha determinado que existe suficiente evidencia para prohibir estos químicos en todos los cultivos, incluyendo aquellos de plantas no florales. Cuando son usados  en un cultivo sus residuos se diseminan a otros, aunque no se use este insecticida. Se ha encontrado también que los neocontinoides permanecen en la tierra hasta años después de su aplicación.

Estos insecticidas, que son de los más usados en el mundo, tienen efectos en el sistema nervioso central de los insectos y en general son sumamente tóxicos. En Francia ya se ha pasado legislación que prohibirá la utilización de estos insecticidas a partir del 2018; el secretario de medio ambiente del Reino Unido ha anunciado que buscará implementar medidas similares. La Unión Europea podría prohibirlos completamente. Sin embargo, en América, donde se usan abundantemente, esta discusión se ha demorado, quizás por el lobby de importantes compañías como Shell y Bayer, quienes desarrollaron estos insecticidas.