En este mundo ocurren cosas raras, algunas fascinantes, otras simplemente extravagantes. Y quizá eso sea responsable, en buena medida, de la riqueza de nuestra realidad: lo inimaginable, lo poco probable. Por ejemplo, dentro del rubro de las rarezas no particularmente elegantes podemos encontrarnos con noticias como esta y, tras unos instantes de desconcierto, quizá sonreír.
Autoridades aeroportuarias de Sri Lanka detuvieron a un hombre que intentaba traficar diversas piezas de oro, que en suma acumulaban cerca de 1kg, hacia la India. Lo curioso es que este dorado kilogramo estaba introducido en el ano de nuestro frustrado traficante. ¿Habrías creído que era físicamente posible almacenar tal cantidad del preciado metal en tu recto? ¿Alguna vez te lo habías preguntado?
Mientras tanto nos queda la posibilidad de apreciar la metáfora del oro, el tótem de la cosmovisión materialista, atesorado en el recto de un personaje que ahora está llanamente detenido. La realidad es ecléctica.