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Las personas que gustan de las teorías de la conspiración no soportan la incertidumbre y buscan llegar a una resolución cognitiva, sugiere estudio

Algunas personas tienden a consumir y dar vida a teorías de la conspiración, algunas sumamente desaforadas. Existen diversas interpretaciones de por qué ocurre esto --una de las cuales, que no debe descartarse del todo, es que las conspiraciones, en algunos casos limitados, existen. Sin embargo, probablemente la mejor explicación para la fuerte tendencia de algunos individuos a ver en todo o en casi todo el sello de una conspiración tiene que ver con la necesidad psicológica de acabar con la incertidumbre o lo que los investigadores llaman "cerradura cognitiva".

Un estudio realizado en conjunto por investigadores polacos y británicos examinó  a un grupo de 700 adultos, a los que se les pidió que leyeran ciertas noticias que eran presentadas como artículos de medios en línea (entre ellos algo sobre el Boeing 777 de Malaysia Airlines). Después de leer las noticias, los voluntarios leyeron comentarios que ofrecían explicaciones calificadas como conspiracionales y no conspiracionales). Estos mismos participantes realizaron pruebas, para determinar su necesidad de cerradura cognitiva.

Tomando en cuenta la necesidad de cerradura cognitiva, los investigadores pudieron predecir cuáles participantes iban a defender una teoría de conspiración. Hay que mencionar que se defendió la conspiración en los casos en los que no había una versión oficial para explicar los sucesos. Esto muestra que los participantes no rechazan del todo la realidad (la realidad en el sentido de lo consensualmente atenido), sino que buscan eliminar la incertidumbre cuando la perciben. De aquí que la incapacidad de soportar la ambigüedad sea un factor que conduce a la creencia en las teorías de la conspiración.