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Un proyecto arriesgado e innovador de la arquitectura contemporánea podría aparecer próximamente en el paisaje de Manhattan

La arquitectura, como otras artes, es también el ejercicio de la sorpresa. Prueba de ello son las construcciones que desafían nuestra imaginación y traen a la realidad cotidiana de una ciudad, un país, un paisaje, un elemento que se creería imposible.

Tal es el caso de este edificio que, según fue anunciado hace un par de días, se construirá próximamente en Manhattan, Nueva York, por parte del despacho Oiio, y que al menos de momento ya empieza a conocerse como “The Big Bend” (“La gran vuelta”), en alusión clara al “Big Ben” londinense.

En parte, la idea está animada por la prohibición que existe en ciertas zonas de Nueva York para construir edificios de determinada altura. ¿Y si cambiáramos la altura por la longitud?, se preguntaron los arquitectos de Oiio y, para responder, llegaron a este proyecto.

Al menos en el papel, The Big Bend podría tener una longitud de 4 mil pies, es decir, poco más de 1,200m, con lo cual superaría por mucho la torre Burj Khalifa de Dubái, que mide 829m de altura. Además, en su interior contaría con uno de los primeros elevadores capaces de seguir una ruta curva y de ese modo realizar viajes de transporte ininterrumpidos al interior del edificio.

Ioannis Oikonomou, fundador del despacho, aseguró que de momento este proyecto busca inversores, quienes quizá aparezcan pronto y den a Nueva York, y a la historia de la arquitectura, una nueva obra admirable y portentosa.

 

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