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¿Es posible llevar el estilo sombrío y confuso de Lynch al territorio colorido de "La La Land"?

Entre los éxitos cinematográficos más recientes, el neomusical La La Land (Damien Chazelle, 2016) es posiblemente el que más ha llamado la atención y, sobre todo, sobre el cual se ciernen las opiniones más divididas, pues mientras que unos lo consideran un filme notable en prácticamente todos los rubros que hacen una buena película, para otros no es más que un pastiche ingenuo y hecho a la medida para cosechar triunfos.

Y podría decirse que así pasa, en general, con todo aquello que conquista a las multitudes. Muchas veces una obra creativa puede oscilar entre el arte auténtico y el producto cuidadosamente diseñado, entre la originalidad y la fórmula, la disrupción o la preservación.

¿Pero y qué si fuera de otro modo? ¿Podría La La Land contener el germen de una obra aún mayor? ¿Una pieza modesta o mediocre puede convertirse en una obra maestra?

En parte ésas son las preguntas que podrían hacerse a propósito del video que ahora compartimos: una reinterpretación de dicha película pero bajo el estilo inconfundible de David Lynch, autor, como sabemos, de películas sombrías y confusas e incuestionablemente originales.

El cruce, sin duda, es por lo menos inesperado, pues no parece sencillo imaginar La La Land convertida en algo como Blue Velvet.

¿O sí?