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Jugar a la lotería no es muy inteligente, a menos de que necesites un poco de placebo para tener una perspectiva más optimista de la vida

Millones de personas en todo el mundo apuestan a la lotería, con la esperanza de que su suerte les podrá conseguir su sueño de ser ricos. 

Florin Diacu, catedrático de matemáticas de la Universidad de Victoria, explica que, si uno se ajusta a las simples probabilidades, jugar a la lotería no parece ser muy inteligente. De hecho, se ha llamado a la lotería "el impuesto de la ignorancia", aunque él prefiere hablar de que la gente compra esperanza, como si fuera una especie de placebo con el cual mantiene cierto optimismo. En un artículo publicado en El País, Diacu explica:

Pero hay un problema con este juego: tus posibilidades son tan pequeñas, que es miles de veces más probable que mueras en un accidente de coche a que te conviertas en el afortunado ganador. En concreto, la probabilidad de predecir todos los números es, más o menos, 1 entre 14 millones para el 6/49 y 1 entre 80 millones en el 7/49. Desde luego, es difícil imaginar números tan grandes, por lo que yo suelo usar imágenes que ayudan a entender lo que significa, que los reporteros de televisión adoran. 

Una vez empleé la guía telefónica de mi ciudad: imagina que tienes 150 guías diferentes. Si compras un boleto, tus posibilidades de ganar la lotería son las mismas de que, al azar, escojas la guía en la que está tu nombre, la abras por la página adecuada y señales exactamente tu teléfono. Si compras otro boleto, tienes otra oportunidad.

Diacu concluye que aunque la gente sepa que tienen probabilidades sumamente pequeñas, esto probablemente no hará que deje de jugar a la lotería. Y es que ciertamente no es un acto racional; muchas de las personas que juegan tienen una cierta fe en un tipo de suerte que trasciende las probabilidades matemáticas.