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Un poético entierro nos hace reflexionar sobre la humanidad antigua

Una poética muestra de que los seres humanos que son estudiados por la arqueología como objetos, en realidad son tan humanos como nosotros y tienen conductas entrañables.

Un reciente descubrimiento arqueológico  en Vedbaek, Dinamarca, muestra a una joven mujer que fue colocada en su tumba junto con un bebé, el cual fue arropado por el ala de un cisne. La llamada "tumba 8" de este sitio ha sido interpretada desde varias perspectivas, algunas de las cuales sugieren que el cisne es un símbolo de pureza o que podría tener una función soteriológica ligada a su habilidad de "trascender agua, tierra y aire". La tumba muestra claros signos de que fue arreglada de esta forma intencionalmente.

Es fascinante explorar los conceptos de la muerte y de la vida después de la muerte que pudieron haber tenido culturas tan distantes; sin embargo, no deja de haber un fuerte componente de nuestra propia proyección mental. 

La segunda imagen, mostrada con fines ilustrativos, proviene de un cómic de Ben Haggarty.

 

[Daily Grail]