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Una vez cada semana el primer ministro Tshering Tobgay se detiene a recoger la basura de las calles que lo llevan a su oficina, sentando un admirable ejemplo

El Reino de Bután es un pequeño país de menos de 1 millón de habitantes incrustado en la parte este de los Himalayas, cerca del Tíbet, Nepal, India  y Bangladesh. Bután es un país budista que en tiempos recientes ha servido de refugio de grandes maestros tibetanos como Dilgo Khyentse Rinpoche y tiene una concepción bastante especial de la vida. Hace unos años el rey Jigme Singye creó un ministerio para la felicidad nacional y creó el indicador de felicidad doméstica bruta a diferencia del indicador económico del producto doméstico bruto. La felicidad se convirtió en el verdadero indicador del progreso del país.

El rey abdicó del trono pese a estar en perfectas condiciones de salud y tener completa aprobación del pueblo para hacer una transición hacia la democracia, la cual está siendo conducida por su hijo Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, quien subió al trono en el 2006. El primer ministro Tshering Tobgay es parte importante de esta transición y un formidable ejemplo de ética para mandatarios en otros países.  

Tshering Tobgay publicó estas imágenes en su Facebook (el cual es un excelente ejemplo de manejo de las redes sociales para cualquier político), en las que aparece recogiendo la basura, para motivar a las demás personas a que hagan lo mismo. El primer ministro publicó la siguiente frase del rey, a la cual parece estar respondiendo: "Donde vivimos debe ser un lugar limpio, seguro, organizado, bello, con el fin de cuidar la integridad nacional, el orgullo y nuestro brillante futuro. Estas cosas también son construcción de nación". Tshering Tobgay explicó que ya que "nuestros vecinos insisten en tirar su basura en nuestro caminos, he decidido tomar cartas en el asunto: recogeré basura en camino a la oficina una vez cada semana. Ayúdenme recogiendo desechos tirados cuando vayan a la oficina o regresen de la misma. Y si de todas maneras van a hacerlo, al menos ayúdenos dejándola a un lado del camino, ya que es más fácil de recoger. Recoger basura tirada hasta el fondo de los caminos quita mucho tiempo, es difícil y peligroso".

Un extraordinario ejemplo que aplica para numerosos países en el mundo que tienen esta pésima costumbre.