*

La famosa condición de sequedad creativa "bloqueo del escritor" es una patología fantasma sostiene Seth Godin

El escritor Seth Godin, quien ha escrito más de 20 libros, sostiene que la condición casi endémica conocida como "bloqueo del escritor" (writer´s block) fue inventada en los 40, antes de eso ni siquiera existía un término de uso común. Y, como sabemos si las cosas no tienen nombre, no podemos decir que existen.  Godin muestra la siguiente gráfica de Google Ngram Viewer, en la que podemos visualizar la aparición del término "writer's block" en libros que han sido digitalizados por Google Books. 

 

 

En resumidas cuentas, Godin considera que el bloqueo del escritor es un síntoma de demasiada importancia personal, una especie de parálisis por análisis, algo que le suele pasar al protagonista de una película Woody Allen. Una ficción, y es que no está basado en algo real. Por ejemplo a nadie le da "bloqueo del hablador". No amaneces un día y no puedes hablar. Sólo dices que no puedes escribir porque tienes un prejuicio de lo que debes de escribir o de cómo tu escritura tiene que tener cierta calidad o demostrar que eres inteligente, etcétera. Siempre puedes escribir algo. 

Una de las soluciones que recomienda Godin, es simplemente escribir como hablas, no intentar glorificar y romantizar la escritura, sino naturalizarla.  Y de la misma manera que uno se obliga a hablar para pedir algo o para saludar a alguien te puedes obligar a escribir cierta cantidad de palabras todos los días. Por ejemplo, Oliver Burkeman, quien escribe en The Guardian, explica aquí los beneficios de sentarse y despotricar 750 palabras diarias todas la mañanas.

Godin da algunos ejemplos: "Abbey Ryan ha pintado una pintura cada día por 8 años. Isaac Asimov ha escrito 400 libros, mecanografiando todos los días. Este es mi post 6000 en este blog. El bloqueo del escritor es un mito, una enfermedad cultural". 

Así que ahí tienes, despreocúpate y deja de pensar que la creatividad es algo especial que ocurre en ciertos momentos tocados por el duende. Elige la continuidad, sin preferir ahora o después, este o aquel estado mental. Serás mucho más libre como escritor y como persona (no serás víctima de los caprichos de tu ego).

Foto: Drew Coffman