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Una pequeña guía para evitar comportamientos que pueden convertirse en heridas futuras

Nuestro ritmo de vida puede agobiar con facilidad a cualquiera. En medio de un mar de responsabilidades y compromisos, perder de vista lo importante es sencillo. Dejar de lado nuestros sueños y compromisos con nosotros mismos nos llevará a sentir que pudimos haber hecho más por nosotros. Conforme pasan los años, nuestra voluntad y capacidad para transformar nuestra vida disminuye. Es posible encontrar un balance armónico para atender retos y necesidades. Aquí van seis cosas de las que podrías arrepentirte el día de mañana.

Imagen: Anna Pan

1. Darse por vencido con las relaciones

Muchas personas terminan pensando que pudieron tener una mejor vida amorosa. Este es un camino seguro al remordimiento. No prestar suficiente atención ni poner tanto esfuerzo en la vida junto a nuestras parejas nos hará sentir a futuro que sólo bastaba dar un paso al frente y hacerlo. Cultivar una vida amorosa sana es básico, atreverse a vivirla a plenitud es fundamental.

 

2. Descuidar a nuestros amigos

Generalmente se considera que las amistades no son tan importantes como las relaciones amorosas, lo cierto es que su pérdida puede ser tan dolorosa como cualquiera de éstas. Perder amigos íntimos o cercanos por pasar más tiempo del necesario en el trabajo es una causa segura de arrepentimiento a futuro.

Si conservamos y protegemos nuestras verdaderas amistades siempre tendremos cerca a alguien que pueda escucharnos. Con el paso del tiempo, en especial en los ambientes laborales, se vuelve más difícil generar amistades sinceras y profundas que hagan la diferencia.

 

3. Ser sedentario

Un estilo de vida pasivo y sin mucha actividad puede parecer cómodo por ahora. Estar sentado todo el día frente a un monitor es una buena manera de abonar problemas para la madurez. Llegar cansado del trabajo suele ser un pretexto recurrente para no activarse. Generar hábitos más saludables, como ejercitarse con regularidad, es más que deseable.

Cuando somos jóvenes y estamos llenos de energía el ejercicio parece una obsesión banal. Nos creemos invencibles sin considerar que, para nuestro cuerpo, el tiempo no pasa en vano.

 

Imagen: Lucía Franco

4. Descuidar tu salud

Además de crear buenos hábitos como el ejercicio, realizar chequeos médicos cada tanto y mantener una historia clínica adecuada puede resultar crucial en la detección temprana de enfermedades que, de otro modo, podrían acabar con nuestra vida.

Ir cada tanto al doctor para revisar que todo vaya bien nunca está de más. Los hospitales reciben visitas frecuentes de personas arrepentidas por no haber prevenido sus padecimientos.

 

5. No controlar el estrés

El ritmo impredecible y caótico de la realidad, nuestras preocupaciones diarias y las obligaciones que nos acosan suelen asfixiarnos hasta provocar niveles de estrés alarmantes. Sin embargo, no hay pretextos que basten al momento de combatir los efectos de la vida moderna.

El estrés es un asesino silencioso que suele liberar una avalancha de problemas en nuestro comportamiento y termina por afectar  todas nuestras relaciones. Evidencias recientes señalan que el estrés puede hacernos propensos a padecer enfermedades mentales.

Encontrar hábitos que nos ayuden a liberar el estrés como la meditación, terapia, ejercicio, entre otras tantas, será algo que nos agradeceremos en algunos años.

 

6. Dejar de tomar decisiones y actuar únicamente por causa del miedo

Una de las razones más comunes para arrepentirse a futuro es dejar que el miedo domine nuestras vidas. Ya sea por temor a no cumplir con las expectativas sociales y familiares o por pavor a no ganar suficiente dinero o tener el estilo de vida que deseamos, dejar que nuestras emociones nos conduzcan al momento de decidir nuestros próximos pasos resulta fatal.

A veces arriesgarse es saludable. Guiarnos por nuestra intuición o aquello que nos apasiona puede alejarnos de esa zona de confort que nos mantiene seguros pero insatisfechos. Generalmente, decidir por miedo nos conduce a asumir y dejar pasar comportamientos poco éticos o que de otro modo nos parecerían inaceptables.

No hay una estrategia infalible para vivir sin arrepentimientos, sin embargo ayuda imaginarse en el lecho de muerte pensando qué cosas habríamos querido hacer. Cuidar nuestras amistades y relaciones, mantenernos saludables y despiertos, combatir la angustia y el temor reduce drásticamente los momentos que luego nos parecerán amargos. Saber qué es lo más importante para ti y ser coherente con tus valores te ayudará a futuro.

 

Imagen principal: Monica Barengo

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