Los escritores rusos tienen un lugar especial en nuestros estantes. Hasta cierto punto parece increíble que Dostoievski, Tolstoi, Chéjov y Gógol hubieran coincidido en tiempo y lugar, como una de esas raras conjunciones cósmicas que ocurren pocas veces en varios siglos y que, en este caso, se trató de una pléyade literaria en la que cada uno con su propio método exploró como pocos al ser humano, las contradicciones de la existencia, los claroscuros de nuestras relaciones con los demás. Parece increíble que, a veces, en las páginas de estos cuatro escritores de un país en el extremo del mundo, encontremos de pronto refugio y mayor comprensión que en las personas que tenemos a nuestro lado.
En esta ocasión, a manera de homenaje a estos y otros escritores, compartimos una serie de retratos que nos muestran sus imágenes pero de una forma que estamos poco habituados a considerar: totalmente coloreados. Como ocurre con otras fotografías del pasado, en este caso también podemos creer que el color existió sólo hasta que se inventaron los dispositivos para registrarlo, y nos parece inadmisible que Tolstoi o Chéjov vivieran en un mundo tanto o más colorido que el nuestro.
Chéjov
Osip Mandelstam
Tolstoi
Con todo, así fue, y estas imágenes tratadas digitalmente permiten que lo imaginemos.
Bulgákov
Gorki (con su esposa Ekaterina Peshkova)
Maiakovski
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