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Una valiente fabricante de prostéticos hace dedos para los yakuza

Es parte de un rito tradicional de contricción entre los yakuza cortarse el dedo meñique. Este acto es también un notorio distintivo que permite identificar a los miembros de dicha mafia japonesa. Sin embargo, el destino a veces hace que estos gangsters puedan salir del mundo del crimen; rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad puede ser sumamente difícil con los estigmas que penden sobre ellos. Es por eso que Yukako Fukushima es una especie de ángel cosmético para los yakuzas: esta mujer de 44 años fabrica dedos casi perfectos con los que pueden integrarse. 

Según reporta The Guardian, Fukushima lleva 2 décadas cuidadosamente creando nuevos meñiques para los yakuza. Este arreglo cósmetico les ha permitido encontrar trabajo, pareja y en general llevar una vida normal. Sus fabricaciones son casi un nuevo pasaporte para poder circular de manera normal por el mundo.

Fukushima es toda una institución en este sentido, habiendo sido la primera en cumplir con esta demanda. Nuevas guerras entre las pandillas (especialmente el clan de los Yamaguchi-gumi) podrían hacer que su negocio entre en tiempo de jauja.

La reinserción social de los yakuza además tiene que sortear los abundantes tatuajes con los que suelen llenar sus cuerpos con símbolos que muchas personas identifican fácilmente. Fukushima explica que "si pierdes un dedo en un accidente de tráfico, la gente reacciona con empatía. En el caso de los yakuza, la mayoría de las personas no logra superar sus tatuajes o sus dedos faltantes". Hay quien dirá que el estigma que acarrean es merecido, un efecto consecuente con la vida que han llevado; otros podrán argumentar que todos los individuos merecen una segunda oportunidad y en la medida en la que sea más fácil para ellos llevar una vida recta, se estará haciendo un bien.

Fukushima pide como requisito pruebas de que han dejado la mafia para realizar el trabajo, el cual es altamente personalizado, y al parecer es protegida por la policía.