Esta comparación entre almuerzos de niños neoyorquinos y de París revela más de lo que crees
Salud
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 04/25/2016
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 04/25/2016
Se dice que la alimentación es la clave de la vida, pero esta afirmación nacida en el sentido común es probablemente más repetida que puesta en práctica. En buena medida y en varios aspectos, los problemas de nuestra época se han derivado de la preferencia por consumir antes que por nutrirse, una diferencia a veces sutil y a veces evidente que deriva en consecuencias notables que lo mismo tocan nuestra salud corporal que nuestro intelecto e incluso nuestro espíritu.
Si, por ejemplo, nos dejamos llevar por el oropel de la publicidad y compramos una hamburguesa de una cadena de comida rápida en vez de, digamos, preparar nosotros nuestros propios alimentos, teniendo a la vista ingredientes y porciones, a mediano y largo plazo cada una de esas decisiones tendrá sus propios y divergentes efectos. Y lo mismo vale para caminos en apariencia tan distintos como los libros que leemos, las películas que vemos y aun los sitios de Internet que visitamos o las personas con quienes convivimos.
A este respecto, hace unos días el sitio Quartz publicó una interesante comparación entre los almuerzos que niños de Nueva York y de París comen a la hora de sus respectivos recesos escolares, una práctica en apariencia simple pero que, puesta frente a frente en sus distintas ejecuciones, revela importantes diferencias culturales –la más evidente, quizá, es la preferencia de la sociedad estadounidense por alimentos industrializados, fabricados en una planta, en contraste con la inclinación francesa por productos de origen un tanto más natural.
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París |
Nueva York |
Lunes |
Baguette artesanal, costilla de puerco en salsa Dijon, jamón de pavo, puré de papas, queso emmental, manzana |
Sándwich de queso gratinado, salsa marinara, espinacas |
Martes |
Baguette artesanal, ensalada verde, espagueti con salmón, yogur con fruta, compota de manzana |
Mac & Cheese, pan de mesa, frijoles Brooklyn |
Miércoles |
Pan fresco, ensalada de pepino con crema fresca, ternera salteada con aceitunas y brócoli, queso de cabra, pastel casero |
Ham-burrito de Avi, papas fritas, ensalada de kale |
Jueves |
Baguette artesanal, ensalada de jitomate y cebolla, filete orgánico en su jugo con ejotes y perejil, queso à pâte molle, pera |
Pollo con brócoli, arroz frito con vegetales, rollo de huevo con salsa de pato, manzana |
Viernes |
Baguette artesanal, omelette de papas, ensalada de zanahoria, jitomate y elote, queso à pâte fraiche, postre de manzana |
Rebanada de pizza vegetariana, Jamaican Patty, ensalada fresca de jitomate |
El ejercicio no tiene como propósito emitir algún tipo de juicio moral sobre una u otra cultura, sino que tal vez podemos tomarlo desde una perspectiva más modesta y únicamente encaminarlo a la reflexión sobre la importancia de esas pequeñas decisiones cotidianas para el estado general de nuestra vida, presente y futuro, y también sobre la trascendencia de la nutrición en este mismo aspecto y en sus varios sentidos posibles.
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