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Por qué los días nublados nos hacen pensar más claramente (o por qué la vida siempre dice "sí" y "no" simultáneamente)

Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 12/15/2014

El mal clima, de acuerdo con estos estudios, promueve el pensamiento profundo y cuidadoso porque la mente está diseñada para evitar las cosas que la ponen triste

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Además de producir dioses más moralizadores y duros, los climas fríos y nublados expanden nuestra capacidad intelectual. Esta teoría del profesor Adam Alter se puede rectificar hasta cierto punto pensando en lugares con climas difíciles (p. ej. Inglaterra, Alemania, Noruega, Islandia) y en los de climas “felices” (África, Malta, Bahamas, etc.). Los primeros tienden a albergar personas más “cerebrales” que los segundos. Y ello funciona de la mano de la melancolía, que también expande nuestra capacidad creativa.  

En su libro Drunk Tank Pink: And Other Unexpected Forces That Shape How We Think, Feel, and Behave, Alter MarkMeyer3proclama que “la luz del sol adormece a la mente del riesgo y el pensamiento cuidadoso”. Luego de esto corrobora su declaración con un estudio conducido por psicólogos sociales en Sidney, Australia.  

Los investigadores encontraron que en lugar de vigorizar la mente, el buen clima cancela nuestra función cognitiva. Se dieron cuenta, por ejemplo, que en días nublados la gente recuerda mejor las listas de “cosas que hacer” que en días soleados. Recuerdan mucho más elementos de lo que lo hacen en un "hermoso día”.

Su teoría es que al disminuir nuestro estado de ánimo, el mal clima nos interioriza y nos invita a pensar más profundamente, más claramente. Alter escribe:

Los humanos están biológicamente predispuestos a esquivar la tristeza, y responden a estados de ánimo tristes buscando oportunidades para reparar el ánimo y protegiéndose vigilantemente de lo que sea que pueda estar causando su tristeza. En contraste, la felicidad manda una señal de que todo está bien, el ambiente no representa una amenaza inminente, y no hay necesidad de pensar profunda y cuidadosamente.  

Esto podría ser una especie de consuelo. Unas cosas por otras. Melancolía con lucidez versus alegría con adormecimiento mental. Pero hay otro detalle: la insuficiencia prolongada de luz natural tiene efectos devastadores en nuestros relojes internos, que juegan un papel crucial en nuestras facultades cognitivas y emocionales. Como acierta María Popova, hay que recordar a Rilke en situaciones paradójicas como esta cuando dijo que: “la vida siempre dice SÍ y NO simultáneamente”.