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La opinión pública en Brasil derrota al fanatismo ciego hacia el fútbol

Por: Luis Alberto Hara - 06/02/2014

En el seno del paraíso del amor al fútbol, miles de brasileños muestran una madurez crítica al decir: "Hay cosas más importantes que un Mundial con elitistas beneficios".

brasil 2014 001Los deportes son actividades nobles, pero también pueden ser un paliativo que separa de la realidad -en ocasiones, al más puro estilo de una película hollywoodense-. El deporte, y sobre todo el fútbol, mueven millones de dólares en el mercado internacional. Los futbolistas famosos tienen un estatus de celebridades que cumplen con estereotipados requisitos como salir con modelos de Victoria's Secret o presentadoras de la televisión. Detrás de toda esta parafernalia -sin negar, por supuesto, los beneficios de la práctica física- hay una evidente frivolización de millones de mentes que ven este deporte como un mero espectáculo.

Generalmente se habla de las masas como un sujeto colectivo acrítico, es decir, que quiere evadir su realidad (de ahí, por ejemplo, frases como: “Al pueblo, pan y circo”). Actualmente, Brasil está dando una lección muy fuerte a este respecto. En lugar de practicar un ciego nacionalismo y enorgullecerse porque su país es la sede de la Copa del Mundo -evento por demás elitista- este año, la gente está saliendo a las calles a decir que no valen los estadios de primer mundo cuando los servicios más básicos -salud, trabajo, educación, etcétera- son deficientes. Entre otras cosas, se critica que el gobierno ha invertido $10.900 millones de dólares en los preparativos del Mundial, y que el flujo turístico (y, por lo tanto, económico) suele concentrarse en las zonas más exclusivas o populares.

Un notable análisis hecho por la casa encuestadora mexicana Parámetro proporciona los siguientes datos sobre la aceptación del Mundial: 52% de los brasileños apoya el evento y 55% opina que traerá más problemas que beneficios. Considerando la arraigada pasión brasileña por el fútbol, dicha estadística resulta bastante sorprendente. Hoy la opinión pública desafía el estereotipo de las masas acríticas.

En el mismo estudio se analiza un fenómeno iniciado en las movilizaciones del Occupy Wall Street estadounidense, que se repitió en la Primavera Árabe: la mayoría de quienes protestan son estudiantes que jamás habían ido a una marcha y se enteraron de las protestas a través de las redes sociales: “…53% tiene menos de 25 años de edad, 71% reconoció que es la primera vez que participa en una protesta, 81% se informó de las marchas por Facebook, 77% cursó estudios superiores y 84% afirma no pertenecer a ningún partido político.”

Aunque la mentalidad colectiva es intensamente influenciada por el marketing, el mundo del entretenimiento y la cultura próxima, el pueblo brasileño está demostrando una conciencia más profunda que cualquier estímulo comercial sobre la farsa del Mundial de Fútbol. ¿Será esto un fenómeno de actitud crítica que se viraliza entre los jóvenes del mundo? Así pareciera...