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Ecoactivista Rob Greenfeld pasa un año sin bañarse y aprende a valorar el precioso líquido vital.

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El activista Rob Greenfeld se dio a la tarea de emprender un viaje en bicicleta por Estados Unidos promoviendo una serie de valores ecológicos. Como parte de su reto, Greenfeld se impuso la prerrogativa de no poder bañarse más que en fuentes de agua natural o aprovechando fugas o fuentes ubranas. La idea era no gastar más agua y mostrar cómo podemos sobrevivir consumiendo menos. Greenfeld cumplió un año y después de lograr este reto pudo también reflexionar sobre lo que significa bañarnos en nuestra cultura.

Grenfeld dice que para la sorpresa de muchos durante un año nadie le dijo que olía mal e incluso pudo tener dos que tres romances --claro que intentaba bañarse en ríos, lagos o incluso con la lluvia y utilizó jabón y pasta de dientes, pero ninún otro producto cosmético, como antes solía usar. Rob aprendió que el estadounidense promedió usa 100 galones de agua por día; pero él logró vivir con sólo 2 galones al día --sin incluir al agua que usó para bañarse de los lugares naturales. La gran enseñanza de su año sin baño fue aprender a apreciar el agua, cada gota como una valiosa fuente de vida. Según Greenfeld la hora de bañarse se convirtió en el momento favorito de su vida, al entrar en contacto con la naturaleza y realizar el baño como un ritual. La necesidad de tener que encontrar fuentes naturales de agua en el camino le dio conciencia del valor del agua y lo conecto con esta fuente de vida. 

 

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Puedes conocer más del viaje de Greenfeld aquí

 

Un año sin bañarse parece mucho pero, no se compara con los 60 años que lleva Amou Haji, un hombre de Irán con pecular estilo de vida.

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