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¿Masturbarse al interior de un ataúd? ¿Contar secretos sexuales? ¿Desacralizar los huesos del jefe indio Jerónimo? ¿322? La fraternidad Skull & Bones ofrece muchas interrogantes, pero muy pocas respuestas.
bush-society George W. Bush está justo al centro de la imagen, de pie, con un traje claro.

¿Qué tienen en común el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, el expresidente de EU George W. Bush, y el excandidato demócrata John Kerry? Que todos ellos, al igual que miembros selectos del 1% de los más ricos entre los ricos, han pasado por la fraternidad "Skull & Bones" de la Universidad de Yale, cuyas excéntricas prácticas se encaminan a enseñarles una ideología de celebración del poder por el poder mismo.

"Skull & Bones" es la fraternidad más exclusiva de EU y su historia cuenta ya 172 años. Este fenómeno es interesante porque muestra el funcionamiento privado de las élites: el espectro de la democracia sólo puede sostenerse como parodia cuando los dos candidatos de una elección presidencial (en el caso de Bush y Kerry) formaron parte del mismo grupo secreto, del mismo porcentaje ínfimo de miembros de Skull & Bones, aunque afirmen militar en posiciones políticas encontradas y sólo en apariencia opuestas.

La familia Bush ha sido miembro de la élite de Skull & Bones durante al menos tres generaciones, participando activamente en su administración.

Como en todo culto, los miembros deben pasar primero por un rito de iniciación. En S&B, el rito consiste en que el iniciado se coloque dentro de un ataúd, donde deberá masturbarse y contarle a la congregación sus más oscuros secretos sexuales.

Esto puede interpretarse como una forma de "pacto fáustico", donde el alma del iniciado (encarnada en sus secretos más inconfesables) se vuelve el vínculo mediante el cual queda absolutamente expuesto y vulnerable frente a la hermandad. Los secretos (especialmente los de índole sexual) conforman la parte más propia, más intransferible del propio ser; al revelar esos secretos, simbólicamente, el iniciado se sacrifica a sí mismo en una inmolación verbal/sexual, se ofrece como ofrenda, se vacía.

Pero ese vacío se llena rápidamente con la señal de aceptación de Skull & Bones: cada iniciado recibirá, al terminar su ceremonia de iniciación, $15 mil dólares, libres de impuestos.

Como toda sociedad secreta que se precie de serlo, sus miembros realizan también un pacto de silencio. ¿Qué se esconde detrás de los rituales y de la cifra "322", uno de sus misterios? Aunque miembros preeminentes como Bush Jr. o Kerry no negaran pertenecer a la sociedad secreta, ninguno ha dado pistas públicamente acerca de sus actividades al interior.

Como corolario, en el 2000 apareció la película The Skulls, protagonizada por Joshua Jackson y el difunto Paul Walker. En ella, un estudiante becado es invitado a entrar en una prestigiosa sociedad secreta en la universidad, donde podrá codearse con estudiantes ricos e influyentes. Pero el suicidio de su mejor amigo lo hace sospechar de que algo oscuro se trama tras bambalinas.

Un recordatorio de que, en la era de la información, la información más valiosa es la que no está disponible más que para unos pocos.

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