En un nuevo episodio dentro de la larga historia de rebeldía de la naturaleza humana contra los estatutos eclesiásticos, en este caso la abstinencia sexual, una monja de origen salvadoreño dio a luz a un bebé en Rieti, al centro de Italia. Miembro de la orden "Las Discípulas de Jesus", esta mujer acusó un profundo dolor de estómago y tuvo que ser trasladada de urgencia a un hospital cercano al convento donde residía.
A pesar de las evidencias fisiológicas que sugerían que estaba encinta, la protagonista de esta historia negó categóricamente, hasta el último momento posible, que ése pudiese ser el caso. Finalmente, al llegar al hospital, un médico recibió al bebé, el cual fue nombrado Francisco –presumiblemente en honor al actual máximo pontífice. "No es posible, soy una monja" increpó a los doctores al momento en que extrajeron al recién nacido de su vientre, de acuerdo con el diario británico Telegraph.
Por su lado, la Hermana Erminia, Madre Superior del convento de Rieti, simplemente declaró: "Aparentemente no pudo resistir la tentación".