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El azar y la contingencia intervinieron para provocar la viralización de un cortometraje realizado a partir de los mensajes encontrados en una vieja contestadora abandonada en un mercado de pulgas en Argentina.

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En una feria de antigüedades de Buenos Aires se vende una vieja contestadora automática, con su correspondiente cassete usado por última vez en 1998. Un joven coleccionista compra el aparato y al reproducir la cinta se encuentra con una joya de la narrativa amorosa: una seguidilla de mensajes que una mujer al borde de un ataque de nervios, María Teresa, le deja a su circunstancial ex, Enrique.

Un tiempo después, un ilustrador conocido como El Niño Rodríguez decide reutilizar ese audio y dirigir en un corto a la deliciosa Andrea Carballo, estrella del off porteño. El resultado es "Ni una sola palabra de amor", un magistral trabajo de lipsync que ya dio la vuelta al mundo, les dio fama a María Teresa y Enrique, pareja sobreviviente, y viene arrasando en diferentes festivales de cine.

Por otro lado, según dio a conocer el diario argentino Clarín, la voz que protagoniza involuntariamente  “Ni una sola palabra de amor” dejó de ser anónima luego de que el propio periódico se diera a la tarea de buscarla. Entre otras cosas, María Teresa relató lo siguiente:

Es la historia de un matrimonio de 30 años y los 10 llamados fueron un punto, un episodio. Detrás de eso hay una historia que supera a la ficción pero que es interesante de analizar para ver cómo se sigue después de un distanciamiento así. Uno piensa que era un drama amoroso pero había otras connotaciones, problemas financieros... Todavía es más interesante para las mujeres porque debemos ser muchas las que estamos en esas situaciones. Yo le había dado un raje violento pero necesitaba que volviera. Yo siempre digo que si viene Campanella y me pregunta sobre la historia, hacemos una película ya.