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Estudio analiza a niños expuestos al crack durante 24 años: la pobreza es peor que las drogas

Por: Jimena O. - 08/02/2013

Uno de los estudios más grandes de su tipo mostró que los factores sociales como la pobreza o la violencia son más determinantes en el desarrollo infantil que la exposición a drogas en la etapa prenatal o gestacional.

crack

En 1989, un equipo de médicos bajo la dirección de la pediatra Hallam Hurt comenzó uno de los estudios de más larga duración sobre el efecto en el desarrollo infantil de los individuos cuyas madres consumieron cocaína en crack durante el embarazo. El estudio se llevó a cabo en el Albert Einstein Medical Center en la ciudad de Philadelphia, EU, una de las ciudades con más incidencia en el uso de esta sustancia.

224 niños y niñas nacidos entre 1989 y 1992 conformaron el estudio: la mitad de ellos tuvieron madres que consumían crack durante el embarazo, mientras la otra mitad, cuyas madres no lo consumieron, constituyó el grupo de control. $8 millones de dólares y 24 años después, los resultados impactaron a los especialistas.

La pobreza es más peligrosa para el desarrollo que las drogas

Al presentar los resultados del estudio, la doctora Hurt resumió los temores que se tenían a finales de los 80 de que el creciente aumento en el número de usuarios de crack tuviera una incidencia generacional negativa en el desarrollo de los niños. Los temores y los rumores afirmaban que estos niños tendrían un IQ menor al promedio, o simplemente los condenaban a un futuro de privación e inferioridad social.

Pero el equipo de Hurt no encontró diferencias significativas entre el grupo de niños proveniente de madres adictas al crack y el grupo de control. El IQ promedio a los 4 años de edad fue de 79 para el primer grupo y 81.9 para el segundo --ambas, cifras inferiores al promedio etario correspondiente a EU, que es de entre 90 y 109. Ambos grupos también tuvieron un desempeño inferior al promedio nacional al ser evaluados durante sus años de educación básica en áreas como matemáticas y lectura.

Lejos de afirmar que el crack no tuvo incidencia en el desarrollo del grupo estudiado, Hurt encontró algo mucho peor: aunque ambos grupos de niños se desarrollaron similarmente cuando se les compara entre sí, ambos presentan un desempeño inferior al promedio de niños con otras condiciones sociales. El crack no era, pues, el enemigo, sino la pobreza.

Factores ambientales

La doctora Hurt y su equipo hallaron que 81% de los 224 participantes en el estudio habían sido arrestados en algún momento de sus vidas; 74% había escuchado disparos de arma de fuego; 35% vio cómo le disparaban a alguien, y a los 7 años 19% de ellos había visto un cadáver en la calle. Los niños expuestos a la violencia mostraron con mayor frecuencia signos de depresión, ansiedad y baja autoestima.

El estudio no halló diferencias en el desarrollo neuronal de ambos grupos de niños, y aunque los que estuvieron expuestos al crack antes de nacer presentan diferencias en un área ligada a la atención, la diferencia no es clínicamente significativa. Así, Hurt concluyó que aunque el crack puede ser peligroso para el nonato y su madre, la pobreza y las precarias condiciones de vida son elementos mucho más determinantes en el desarrollo de las personas.

Al término del estudio, el equipo solamente contaba con la participación de 110 de los 224 niños originales. De estos 110, dos murieron en tiroteos, tres están en prisión, seis se graduaron de la universidad y seis más se graduarán próximamente. Han nacido 60 niños de ese grupo de 110. La conclusión de Hurt, pues, es clara: "la pobreza es una influencia mucho más poderosa en el desarrollo de un niño de la ciudad que la exposición gestacional a la cocaína."

[Philly]