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La reducción del sexo a la condición de mercancía encontró una singular manifestación en el hecho de Kate Upton estuvo a punto de morir solo porque, para la portada de la edición de bikinis de Sports Illustrated, los fotógrafos la semidesnudaron en la Antártida, a una temperatura promedio de -35°C.

Desde hace tiempo se discute el exceso sexual de nuestra época que, en términos generales, no es más que la reducción del sexo a la condición de objeto, de mercancía sujeta de intercambio comercial, la cual, sin embargo, como en todo producto, comienza a descender en su demanda cuando la novedad ha cesado y el interés es menor.

Un ejemplo elocuente de esta situación se encuentra en el número más reciente de Sports Illustrated dedicada a los trajes de baño, y cuya portada tiene a Kate Upton en un gélido escenario antártico. Los fotógrafos de Sports Illustrated decidieron llevar a sus modelos a los siete continentes, y a Upton le tocó la suerte de pisar territorio polar.

El hecho, sin embargo, no sería más que una anecdótico de no ser porque la modelo estuvo a punto de morir, dado que la temperatura promedio era de -35°C y ella no estaba más que en las pocas ropas con que se le ve en la imagen.

“Cuando regresé estaba perdiendo el oído y la vista porque mi cuerpo se estaba apagando, era tan difícil mantenerme caliente”, dijo Upton.

Lo paradójico es que, como bien señala Caity Weaver, esta puesta en peligro de la vida de Upton no es útil más que el goce un tanto solitario y fútil de miles o millones de hombres que se satisfacen ante la vista de una fotografía, un simulacro que dicta el curso de una fantasía.

[Gawker]