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Las metamorfosis inéditas de Marilyn Monroe (FOTOS)

Arte

Por: José Robles - 11/10/2011

Se publica un libro con fotografías hasta ahora inéditas de la icónica Marilyn Monroe, imágenes conseguidas lo mismo por profesionales de la cámara que por fotógrafos amateurs a quienes Monroe difícilmente decía que no, imponiendo su aura de misteriosa belleza a cada una de las tomas protagonizadas.

(Fotografía de Andre de Dienes, 1945)

 

Marilyn Monroe es quizá uno de los íconos femeninos más identificables del siglo XX, una mujer cuyo rostro y figura prácticamente cualquiera reconoce dondequiera que se haga presente. Por esta razón, cuando se sabe algo hasta entonces desconocido sobre este sex symbol cincuentero (uno de los primeros masiva e internacionalmente exitosos), pareciera que su aura se desempolva y adquiere un nuevo brillo.


(John Florea, 1951)

 

Y este es el caso de varias fotografías hasta ahora inéditas de la Monroe, reunidas y editadas por David Wills en el libro Marilyn Monroe: Metamorphosis. Además de su carácter novedoso, la principal característica de estas imágenes es que si bien algunas son el trabajo de profesionales de la cámara, muchas otras pertenecieron a fotógrafos amateurs que se atrevieron a pedirle a esta pin-up girl una pose y una sonrisa. Al respecto escribe Wills:

Marilyn posó para casi todos los grandes fotógrafos del mundo. Y no solo eso: casi nunca decía “no” a nadie. Así que si estabas en la calle con una de esas cámaras brownie y educadamente le pedías permiso para tomarle una foto, muy probablemente te diría que sí —y ella tomaría la dirección […].

[…]

Algunas de sus imágenes más poderosas son las cándidas tomadas por nuevos y anónimos fotógrafos. Es ahí, a ras de calle, sin los beneficios que dan la utilería o la iluminación de un estudio, donde realmente es posible hacerse una idea de cuán espectacularmente actuaba en el cine. Su imagen explota. Es impecable. Hace de cada fotografía una obra de arte simplemente por estar ahí.

En cuanto al título del libro, “Metamorfosis”, esto alude a la gracia inexplicable de Monroe para hacer de cada imagen suya siempre algo distinto, siempre algo inasible y misterioso que trasciende su belleza que tal vez no podría considerarse sublime, pero si cautivadora:

Marilyn Monroe es en sí misma un sujeto fotográfico por dos razones: su transformación visual (su metamorfosis) y su proyección interna (su carisma). Era una mujer muy hermosa, por supuesto, pero no era eso que podríamos llamar una belleza tradicional. No tenía un cuello largo ni una simetría perfecta o una estructura ósea particularmente fuerte. Su belleza era más sutil, pero la manera en que podía proyectar esta misma belleza —especialmente en una pantalla e incluso en una fotografía— era totalmente dinámica.

 

"Grand Marshal of the Miss America pageant". Atlantic City, Nueva Jersey, 2 de septiembre de 1952 (Colección Sabin Gray)

 

The Seven Year Itch (Billy Wilder, 1955). Fotografía de Kas Heppner

 

Fotografía de Douglas Kirkland, 1961

[Huffington Post]