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Estudio revela que la leche de burro es más eficiente que la leche de vaca, tiene menos grasa y ayuda a conservar la figura

¿Quieres lucir especialmente sensual este verano y mantener la línea para el flirt solar? Tal vez la solución sea una buena dosis de leche de burro (y posiblemente también la de mula). La leche de este animal equino tiene grandes cantidades de Omega-3 y calcio, superando a la leche de vaca en cuanto a contenido nutricional, según un reciente estudio.

Investigadores italianos le dieron leche de burro y leche de vaca a unas ratas con su comida habitual. Las ratas que tomaron leche de vaca subieron más de peso que las ratas que tomaron leche de burro, las cuales mostraron además menores niveles de grasas en la sangre (previniendo así daños en las arterias y el corazón). Su mitocondria, además, trabajó con mayor velocidad, transformando el alimento en energía.

Tal vez este sea el origen científico de la legendaria belleza de Cleopatra, cuyo secreto, según se cree hasta nuestros días, era la leche de burro (se dice que se necesitaban 700 burros para producir su baño diario). El mismo padre de la medicina, Hipócrates, recomendaba la leche de burro para todo, desde mordeduras de serpiente hasta sangrado de nariz. Asimismo otra historia legendaria cuenta que la segunda esposa del emperador Nerón, Poppacea Sabina, se lavaba la cara siete veces al día con leche de burro y exigía ser acompañada por una manada de burros en sus travesías.

Los científicos recomiendan el uso de la leche de burro en cuestiones de salud, sin embargo, ya que producen hasta diez veces menos que una vaca, su "elixir" podría ser caro y poco práctico.