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Interaxon crea un sistema de entrenimiento que modifica sus imágenes según las ondas cerebrales del usuario; la era del neuroentretenimiento podría revolucionar el consumo de medios y borrar la línea entre la mente y la pantalla


La noción de que el mundo puede ser alterado por la mente -que la mente influye en el materia- tiene en Interaxon a un aliado tecnológico, navegando entre la ciencia ficción y la neuroteología. Interaxon se dedica a la computación controlada por la mente y a interpretar las ondas cerebrales y traducirlas en señales coherentes para una computadora. De esta forma una persona puede hacer operaciones sencillas como controlar el nivel de la luz, abrir una puerta o cambiar de canal con sólo su mente. Sin embargo, las posibilidades de la computación controlada con la mente son emormes e Interaxon ya explora aplicaciones de iPad, como el Zen Bound 2 donde los usarios mueven un videojuego con sus ondas cerebrales o una nueva televisión controlada por la mente que modifica la experiencia visual, el paisaje mismo de lo que se observa, conforme al estado mental del televidente. Literalmente, podemos decir TÚ ERES LA PANTALLA.

Interaxon presentó la semana pasada en la feria de tecnología CES, en Las Vegas, su sistema de entretenimiento controlado con la mente, desarrollado junto con el artista Alex Mcleod, famoso por crear paisajes tridimensionals de alta resolución; en este sistema la realidad visual se modifiica según el estado mental en el que esté el usuario. La persona que ve y modfica la pantalla usa una banda electroencefalográfica, la cual permite a una computadora detectar las ondas cerebrales del usuario y traducirlas en lenguaje binario. El sistema de entretenimiento controlado por la mente en este momento es un proyecto artístico, en el que los paisajes reflejan el nivel de relajación, concentración o excitación de una persona, según el predominio de las ondas alfa, beta, theta o delta de su cerebro. Pero las aplicaciones de esta interfaz entre mente y computadora podrían transformar la industria del entrenimiento, así como propulsar a la industria de la gimnasia mental (o brain fitness). En un futuro cercano podrán haber productos de entretenimiento especialmente diseñados para que el usuario reciba sensaciones específicas de forma similar a una poderosa droga (pastillas de video) o videojuegos en los que el usuario va creando el propio juego sobre la marcha, en dimensiones cada más complejas, reflejando su propia mitología en la pantalla.

Actualmente ya existen productos que monitorean las ondas cerebrales de una personas cuando duerme para despertarala en el momento en el estará más descansada o el mismo Zen Bound 2, de Interaxon, que sirve como un aparato de neurofeedback, en el que los usuarios pueden ver las estadísticas de su desempeño moviendo objetos con la mente y aprender a controlar sus ondas cerebrales.

Interaxon se describe como una compañía que "desarolla tecnologías del ser" o "tecnología interior" que permite aumentar la eficiencia cerebral. En su lado altruista, trabaja en un programa con niños con déficit de atención que les enseña a aumentar sus ondas beta para nivelar la poca cantidad de estas ondas que generalmente tienen estos niños en sus cerebros.

"Este es sólo el principio de la enorme industria de entender la actividad cerebral, cómo usarla, y cómo tener respuestas inteligentes para desarrollar actividades activadas por el cerebro", dice la CEO de Interaxon,  Ariel Garten. "Al final tendremos una simulación inteligente que puede modular lo que estás pensando. Estos son los primeros días, pero esta será una industria de miles de millones de dólares". En el siguiente video se puede observar una conferencia de la CEO de Interaxon, en la cual transmite sus ondas cerebrales vía un streaming y muestra los proyectos de esta innovadora compañía:

Chris Aimone, director técnico de Interaxon, cree que estos son los primeros pasos hacia "una experiencia de realidad virtual totalmente inmersiva".

Otra empresa, MindSign Neuromarketing, establecida en San Diego, se propone manipular, a través de piezas cinematográficas, las neuroconexiones de los espectadores. Por medios de estimulos precisos, traducidos en imágenes, sónidos, y atmósferas narrativas, estas películas flirtearán con nuestra psique de una manera puntual y preparada. Para lograrlo, señalan, establecerán dispositivos que estarán monitorando detalladamente el comportamiento de ondas y flujos cerebrales, en sujetos de prueba, mientras estos observan una u otra película.

Evidentemete esta fascinante tecnología tiene su lado oscuro, ya que otorga una enorme cantidad de información sobre cómo responde y qué ocurre en el cerebro al ver ciertas imágenes, lo que en teoría permitiría diseñar entretenimiento y publicidad capaz, inversamente, de controlar la mente de los usuarios, incluso al nivel de frecuencias de sonido y cuadros por segundo.