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Una sonrisa magnética de 600 mil kilómentros recorre al Sol en estos días en los que se acerca el final del año y la caída en la oscuridad.

En una noticia que aligera los días y nos recuerda que, ya sa por casualidad o por causalidad, el universo siempre nos tiene guardados regalos, astrónomos del Instituto Lebdevec de Moscú han descubierto que nuestra estrella central tiene una cara feliz y una inmensa y magnética sonrisa (o solrisa) de 600,000 km (suficiente para que toda la tierra cupiera ahí) y un par de ojos de 200 mil km de diámetro. Esto se debe "a heterogeneidades en su campo magnético", según los científicos.

"Los campos magnéticos del Sol forman una sonrisa que mide unos 600 mil kilómetros, y unos ojos que tienen 200 mil kilómetros de diámetro. Las áreas negras corresponden a los campos del polo negativo, y las blancas, a los del positivo. Y como las pupilas del Sol superan cuatro veces el diámetro de la Tierra, sí que uno puede hundirse en lo profundo de estos ojos", explicó el laboratorio de astronomía de rayos X de este centro de investigación.

Aunque es necesario hacer un leve esfuerzo para observar la sonrisa del Sol, es notable que ahí está, aunque tal vez algo esquiva y pícara, contento de su trabajo, como señala la conductora de Russia Times, que sonríe de vuelta al astro. Es posible que el Sol esté sonriendo días antes del solsticio de invierno, el día más oscuro del año, como coquetamente prometiéndonos el renacimiento de la luz tras la Navidad cósmica.