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Premios Ig Nobel 2010: sexo oral entre murciélagos y mocos de ballena entre ganadores

Ciencia

Por: Jimena O. - 10/01/2010

Ayer por la noche se celebraron los Premios Ig Nobel 2010 otorgados a lo mejor del lado cómico de la ciencia.

Ayer por la noche se celebró la decimonovena edición de los Premios Ig Nobel con su típica constelación de improbables y bizarros ganadores. Estos premios se basan en el slogan “investigación que hace a la gente reír y después pensar”, y en una especie de burla a la solemne premiación de los Premios Nobel. Son otrorgados por la organización Improbable Research (investigación improbable) que celebra la extravagancia, la irrelevancia, e incluso la ridiculez de algunos logros “científicos” que rayan en la socio comicidad. En esencia estos premios representan una aguda crítica a la necesidad artificial de premiar, propia de los distintos ámbitos (académicos, deportivos, de entretenimiento…) de la cultura occidental. “Buscamos despertar la curiosidad de la gente e invitarlos a cuestionares: ¿Cómo puede alguien decidir qué es importante y qué no lo es, qué es real y qué irreal?

En esta ocasión los ganadores más destacados son el primer caso documentado de sexo oral entre murciélagos, el cual prolonga la cópula ere estos mamíferos del aire, un helicóptero manejado por control remoto para recolectar mocos de ballena y la demostración de que los tacos pueden aliviar el dolor de un golpe en el pie.

Otros premios incluyen:

-El de economía, sarcásticamente, a la mafia financiera encabezada por Goldman Sachs, por idear nuevas formas de maximizar las ganancias.

-El de paz a investigadores británico por probar que decir groserías reduce el doolor.

- Alessandro Pluchino y sus colegas de la Universidad de Catania, Italia, por demostrar matemáticamente que las organizaciones serían más eficientes si promocionaran a los empleados de manera aleatoria.

- Lianne Parkin y sus colegas de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda por demostrar que la gente se resbala y se cae menos en el hielo si usa calcetines sin zapatos.

- Richard Stephens y sus colegas de la Universidad Keele en Reino Unido por confirmar que maldecir alivia el dolor.

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