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A través de fotografías aéreas con una estética implacable Maisel busca apelar a la conciencia ambiental documentando los efectos de la interacción humana con los sistemas naturales

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La distorsión ambiental del ser humano jamás había sido tan hermosa hasta que fue plasmada en el trabajo de David Maisel. Más allá de recurrir a paisajes aterradores para fomentar la angustia del espectador y así promover la conciencia de nuestra interacción con el medio ambiente, este fotógrafo californiano exhibe patrones hiperestéticos que nos inducen a una reflexión profunda sobre el cómo nos relacionamos con el entorno y las consecuencias de ello.

Es como si parte del mensaje que incluye la obra de Maisel, es que la belleza del planeta esta incluso más allá de los efectos nocivos que nosotros generemos. Sin embargo, en la impecable armonía que se desdobla en estos paisajes aéreos, nuestra influencia en el escenario resulta, paradójicamente, aún más contrastante a través de la sutileza estética con que se nos presenta la huella del ser humano.

David Meisel, residente de San Francisco, California, lleva más de 20 años documentando la compleja relación entre la perfección de los sistemas naturales y la abrupta intervención humana. Sus series The Lake Project, The Forest, y Mount Saint Helens, son algunos de los más contundentes recordatorios de que cada una de nuestras acciones tiene consecuencias relevantes: la revelación, a través de la luz, del fenómeno causa-efecto.

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