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Desatendidos por la pandemia, la tuberculosis, la malaria y el VIH se esparcen en la sombra

Salud

Por: Luis Alberto Hara - 08/06/2020

Preocupa el hecho de que otras enfermedades estén siendo desatendidas al tiempo que todos los esfuerzos se concentran en la covid-19

La pandemia por el brote de la covid-19 no sólo tiene efectos colaterales económicos, afecta también el tratamiento de numerosas enfermedades, las cuales pueden ser incluso más letales. 

El New York Times reporta que enfermedades contagiosas como la malaria, el VIH y la tuberculosis están siendo desatendidas al tiempo que el coronavirus consume recursos médicos, además de que la atención a las personas y la cuarentena obstaculizan el tránsito a doctores y pacientes. En algunos casos no sólo hay un desabasto de medicinas sino que una medicina como la cloroquina, que se usa para tratar la malaria, está siendo retenida para ser usada para la covid-19, pese a que no existe consenso sobre su efectividad para tratar el nuevo virus.

Si este desvío de recursos y atención no se toma en cuenta, sugiere el artículo del NYT, podría causar a mediano y largo plazo una mayor cantidad de muertos e incluso reactivar al monstruo de la tuberculosis, que consistentemente ha estado mitigado desde hace ya varias décadas.

Según el director del programa para la malaria de la OMS, el doctor Pedro Alonso, la covid-19 puede ocasionar "un desvío de nuestros esfuerzos que nos regrese a donde estábamos hace veinte años". En el caso de la malaria, los retrasos en el diagnóstico pueden rápidamente traducirse en intensas olas de contagio, las cuales ocurren en países africanos que no suelen tener mucha atención mediática.

De acuerdo con el NYT, cerca del 90% de los programas mundiales para tratar la tuberculosis, el VIH y la malaria han sufrido interrupciones o algún tipo de perturbación. Estas interrupciones pueden hacer que los virus se vuelvan más resistentes a los medicamentos o, en algunos casos, producir mayores contagios.

La tuberculosis, la enfermedad infecciosa que más personas mata cada año (cerca de 1.5 millones de personas), ha visto una disminución generalizada en diagnósticos, lo cual tiene que ver no con una mitigación de este padecimiento, sino más bien con la falta de pruebas. La India, el país más afectado en el mundo por esta enfermedad, ha visto una caída del 75% en casos reportados. En México se reportaron sólo 263 casos, a diferencia de los 1 097 reportados en la misma semana del año pasado. En numerosos países, clínicas y médicos que se dedican a tratar estas enfermedades se han visto obligados a atender únicamente a pacientes de covid-19.  

Una proyección estima que una cuarentena estricta de tres meses en buena parte del mundo y un regreso a las actividades normales que tarde unos diez meses podría resultar en alrededor de 6.3 millones de casos más de tuberculosis y 1.4 millones de muertes adicionales. Un problema similar ocurrirá con el VIH y podría suponer quinientas mil muertes adicionales. Las muertes por malaria podrían duplicarse y llegar a setecientas setenta mil al año.

Aunque estos son sólo pronósticos, algunos de ellos quizá un tanto maximizados, es indudable que estas enfermedades tendrán una mayor cantidad de muertos que la covid-19, consideradas de manera global.

Otra cuestión que contribuye a esta situación es que actualmente las pruebas que se realizan para determinar la infección de la covid-19 son más lucrativas que las pruebas de malaria o de otras enfermedades que están dejando de ser examinadas. Y, por supuesto, el hecho de que estas son enfermedades que suelen afectar más a países pobres o a personas que se encuentran en las clases bajas de la sociedad y, por lo tanto, no reciben la misma atención mediática.

 

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