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El minimalismo pone el foco en el espacio donde pueden suceder cosas, más que en las cosas que atiborran esa potencialidad

Una vida minimalista es fundamentalmente una vida que no está basada en las pertenencias, sino que da espacio para las experiencias. Parte de la premisa de que tener es espacio en nuestra vida es algo que ayuda a nuestra mente y a nuestro espíritu y que, en cambio, tener muchas posesiones y vivir en un hacinamiento de objetos nos esclaviza o, al menos, genera apego y obstruye la libertad. Finalmente el ser humano no busca realmente tener cosas en sí, sino las experiencias o los efectos que tienen esas cosas, así que tal vez uno se puede ahorrar mucho desencanto simplemente dejando de llenar el vacío con cosas. Por otro lado, en un mundo donde es evidente que el exceso de consumo ha creado un problema ecológico, resulta lógico y ética y económicamente acertado no tener tantas posesiones.

Un caso notable, de éxito minimalista por así decirlo, es el del editor Fumio Sasaki, quien escribió un artículo en The Guardian en el que relata cómo el minimalismo lo ha acercado a la felicidad. Sasaki se deshizo de la mayoría de sus posesiones y empezó una vida nueva.

Puede parecer que estoy exagerando cuando digo que empecé a convertirme en una persona nueva. Alguien me dijo: "Lo único que hiciste es tirar cosas", lo cual es verdad. Pero al tener menos cosas, me he empezado a sentir mejor cada día. Creo que estoy empezando a entender qué es realmente la felicidad.

Si eres como yo era antes -miserable, al compararme constantemente con otros...-, creo que deberías decirle adiós a algunas de tus cosas. Claro que existen algunas personas que no tienen apego a los objetos materiales o algunos genios raros que florecen en medio del caos de sus posesiones. Pero quiero pensar en las formas en que las personas ordinarias como tú y yo pueden encontrar los placeres verdaderos en la vida. Todos quieren ser felices. Pero intentar comprar la felicidad sólo te hace feliz por un rato. Estamos perdidos cuando se trata de la verdadera felicidad.

Esta idea de vivir una vida sencilla, más cerca de lo esencial, está profundamente arraigada en el pensamiento japonés. Desde el zen hasta cosas como el éxito mundial de Marie Kondo, la gurú japonesa del orden y la eliminación de lo innecesario.

En Occidente también existen algunas honrosas muestras, como Mr. Money Moustache, la estrella frugal de la blogósfera que ayuda a las personas a ahorrar y a vivir sólo con lo necesario. O, estrictamente dentro del minimalismo, el caso de The Minimalist, sitio donde se señala que las tres cosas esenciales de un minimalista son:

1. No tener posesiones en exceso

2. Cuestionar las cosas que posees

3. No darle significado a las posesiones

Estas sencillas reglas contribuyen a liberarnos de la mentalidad materialista reificadora, que nos hace esclavos de las cosas que tenemos y nos impide disfrutar de la vida sin ataduras.