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El puerco Pigcasso no sólo encontró la vida cuando su dueña lo salvó del matadero; encontró la pintura

Cuando Joanne Lefson rescató en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, a un pequeño puerco de una fábrica industrial, una de las primeras cosas que notó es que el pequeño cerdo se comía todo, menos unos pinceles que estaban por allí. Según Joanne, el ahora llamado "Pigcasso" tenía un extraño interés por estos utensilios. Así que decidió jugar con ellos y entrenar a Pigcasso, quien ha demostrado amar la pintura.

Pigcasso recibe recompensas por pintar, pero según su cuidadora él mismo adora expresarse con la pintura. Se trata de un amimal bastante inteligente y sensible, de acuerdo con Joanne.

La pinturas de Pigcasso llegan a venderse en cientos y hasta miles de dólares y han sido expuestas en galerías en diferentes partes del mundo. Claro que a esto contribuye el hecho de que el dinero es destinado a fundaciones y que, evidentemente, es un puerco el que pinta y no un humano (aunque Joanne en ocasiones realiza "colaboraciones" con Pigcasso para terminar las pinturas). De cualquier forma, es indudable que la historia es adorable y única. Existen elefantes y caballos que pintan, aunque, ciertamente, la estrella de la fauna artística es actualmente Pigcasso.