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Impactados e inspirados por el documental 'Blue Planet II', los jerarcas de la Iglesia de Inglaterra decidieron impulsar la reducción del uso de plástico entre sus feligreses

En la tradición judeocristiana, la Cuaresma es un período de reflexión y penitencia. En la doctrina cristiana evoca los 40 días que Jesús pasó en el desierto antes de revelarse públicamente como el Cristo anunciado por los profetas, tiempo durante el cual es tentado por el Diablo para que renuncie a su misión.

Por este contexto, la Cuaresma ha sido históricamente una época en que se insta a los creyentes a emular las privaciones de Jesucristo y, en su vida cotidiana, hacer algún sacrificio. En casi todos los países en que el catolicismo fue o es parte importante de la cultura local, este es un período en que se suele practicar la abstención y el ayuno, por ejemplo, y en tiempos menos ortodoxos estas privaciones son sustituidas por penitencias más ligeras.

Los tiempos cambian, sin embargo, y prueba de ello es que la Iglesia de Inglaterra tiene otras recomendaciones para sus feligreses en este tiempo de Cuaresma. Mejor dicho, una muy específica: usar menos plástico.

A través de un calendario detallado, esta institución que dirige a la comunidad anglicana instó a sus seguidores a emprender “sacrificios” comunes como evitar el uso de vasos desechables, comprar sus alimentos y demás mercancías en mercados locales, preferir las prendas de fibras naturales sobre las sintéticas o usar cepillos de dientes de bambú o de otros materiales orgánicos. “Esto se adecua estrechamente con nuestra vocación como cristianos de cuidar la creación de Dios”, dijo al respecto Ruth Knight, vocera de la división ambientalista de la Iglesia.

En parte, la decisión de abanderar esta causa provino del impacto que tuvo en el Reino Unido la transmisión reciente de Blue Planet II, un documental presentado por el legendario David Attenborough en el que, entre otros datos, se mostró la cantidad monstruosa de plástico que el ser humano genera y desecha de las formas más deleznables posibles y, en gran medida, en el mar. En ese documental se dice que desde mediados de la década de 1950 se han producido 8.3 mil millones de toneladas de plástico, de las cuales sólo el 9% se ha reciclado. Con el plástico restante se podría cubrir 10 veces toda el área de Inglaterra.

¿Es esta una penitencia? Si tomamos en cuenta la cantidad de plástico que consumimos cotidianamente, a veces en las acciones más inocuas y que, por lo mismo, se podría prescindir de él, la respuesta podría ser "Sí". También puede ser que la cabeza de la Iglesia Anglicana haya tomado la iniciativa de aprovechar un recurso religioso –la privación de la Cuaresma– para generar un efecto positivo en el medio ambiente. 

Sea como fuere, es una medida que vale la pena seguir, aunque no seamos creyentes de ninguna doctrina y también más allá de la Cuaresma, sólo por el propósito de cuidar de nuestro planeta –después de todo, este es el único lugar del universo donde el pecado existe y es posible ejercerlo–.