*

Las cámaras de laptops y demás aparatos pueden ser fácilmente intervenidas, según advierte el FBI

Los comentarios hace 1 año del director del FBI, James Comey, sobre el riesgo de seguridad que representa tener una webcam sin cubrir han desatado toda una creciente preocupación entre usuarios. Poco después de la afirmación de Comey, quien dijo que él mismo cubre su webcam, se dieron a conocer imágenes en las que se ve cómo Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, también bloquea su cámara.

Esto ha generado un debate sobre si realmente una persona común y corriente debería tapar su webcam o si esto es sólo algo que haría una persona célebre o que tiene algo que ocultar. ¿Paranoia o razonable protección de la privacidad? 

Lo primero que hay que saber es que es relativamente fácil obtener acceso a una webcam y grabar lo que estás haciendo, sin que se prenda el foco verde de la cámara o cualquier señal indicativa. Un caso en la corte demostró que el FBI tiene la capacidad de usar las cámaras de las laptops para espiar. Snowden reveló también que la NSA utiliza plugins para tomar control de las cámaras. Y hace un par de años, una pareja inició un caso contra un hacker que habría subido a Internet un video de ellos teniendo sexo, esto por medio de entrar a su smart TV (evidentemente, no sólo las laptops son susceptibles al espionaje).

Considerando esto todavía queda plantearse si uno realiza alguna actividad enfrente de su computadora que no le gustaría que fuera registrada, o si la molestia de tener que quitar un pedazo de cinta de la cámara cada vez que se usa es mayor que la importancia de ocultar cierta actividad que quizás, remotamente, podría ser grabada. Por otro lado, no es posible saber hasta qué punto grandes compañías de tecnología podrían ya estar buscando obtener información de sus usuarios utilizando las cámaras de sus aparatos. Mientras que uno debate  internamente esto, ya se ha desarrollado una creciente industria de cubiertas para webcams y aparatos, con artículos que llegan a costar más de 20 dólares. Y es que siempre existe la oportunidad de distinguirte de los demás con una cubierta divertida, por ejemplo, un ojo que todo lo ve (y que siempre te está viendo a ti).