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La idea de intensificar la experiencia del arte mediante los recursos del cerebro tiene el fin de “transformar la vida de las personas, y entre otras cosas, ayudar a expandir y enriquecer sus perspectivas del mundo y de ellos mismos”

Parecería que el arte y la ciencia son dos prácticas contrarias entre sí, independientes y autónomas como agua y aceite. Sin embargo, el Peabody Essex Museum –PEM– en Salem, Massachusetts, ha demostrado que la neurociencia tiene la clave para maximizar la experiencia del arte. 

Al contratar a Tedi Asher, una investigadora de neurociencias, para incorporar la experiencia del arte desde una premisa científica, el PEM ha empezado a promover numerosas exposiciones creando una atmósfera multisensorial, con estaciones táctiles, narrativas orales e infográficos, para incorporar ideas de la ciencia del cerebro en el arte. 

La iniciativa neurocientífica del PEM comenzó al tratar de reunir diferentes intereses de un mismo espectro amplio. En palabras de Dan Monroe, director ejecutivo del PEM y CEO:

Un día, este pensamiento muy, muy sencillo, me conmovió, que todos los museos de arte crearan experiencias artísticas –de eso se trata una exhibición, de eso se tratan los programas– y todas esas experiencias son creadas en nuestro cerebro. Obviamente, hay un mundo ahí afuera, pero estamos tomando información del mundo, y entonces lo interpretamos y procesamos.

De modo que para crear e intensificar nuevas experiencias artísticas es importante entender cómo funciona el cerebro. 

La idea de intensificar la experiencia del arte mediante los recursos del cerebro tiene el fin de “transformar la vida de las personas, y entre otras cosas, ayudar a expandir y enriquecer sus perspectivas del mundo y de ellos mismos”. De esta manera, existe la posibilidad de incorporar la investigación acerca de cómo el cerebro trabaja en torno al diseño de una exposición artística.

Para Monroe se trata de un reto: ¿cómo lograr que la mente de un visitante se expanda en el espacio y tiempo mediante las sensaciones dentro de una galería? Utiliza ejemplos básicos, como introducir aromas a canela, clavo y pimienta en la entrada de la exposición Asia en Ámsterdam: La cultura del lujo en la edad de oro. No obstante, esto no es suficiente, pues se requiere ir a la raíz del funcionamiento cerebral: los neurotransmisores. 

De acuerdo con Asher, doctora en el Harvard Medical School’s Biological and Biomedical Sciences Program, la posición con la que uno recibe el estímulo visual –como una pintura– es capaz de influir en los procesos mentales como la creatividad, la memoria y la experiencia emocional:

Quería dar un paso hacia atrás del ámbito de la ciencia, de la investigación misma, para relacionarme a un nivel más emocional con la experiencia humana y encontrar una manera para aplicar mi conocimiento y mis habilidades en el reino de la ciencia de las experiencias individuales en el mundo.

Usar las ideas neurociencias como herramientas de comunicación artísticas libera la eterna batalla entre las artes y la ciencia, convirtiendo a los contrincantes en dos herramientas de mutuo apoyo para una mejor experiencia vivencial y existencial. Utilizar la neurociencia para no sólo contrastar el color y las formas de una pintura, sino también promover experiencias personales del pasado con las asociaciones que causan la atracción hacia la pintura. 

Pero para lograrlo, explica Asher, es importante tomar en consideración, primero que nada, que el individuo no alcance niveles de estrés que deriven en trauma, y segundo, contemplar que el exceso de estímulos podría abrumar a la mente. Es así que surgió una “limpiadora visual” y un “espacio de descomprensión” para ayudar a aligerar el consumo de estímulos artísticos, reduciendo el impacto negativo de la sobrecarga mental. 

“El arte es fundamental para nuestra identidad como seres humanos. Hemos creado arte como especie en los últimos 70 mil años”, explica Monroe, por lo que es indispensable asegurarse de que “la experiencia del arte sea tan gratificante, relevante, significativa e impactante como sea posible”.