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Sobre la anomalía de los cristales de tiempo que rompen la simetría del espacio-tiempo

Ciencia

Por: Jimena O. - 05/01/2017

La diferencia que marcan los cristales de tiempo reside en el movimiento de sus iones, los cuales pueden moverse independientemente de su contenedor

Frank Wilczek, físico teórico y ganador del premio Nobel, conmocionó al gremio científico proponiendo que los cristales de tiempo eran unas estructuras hipotéticas que parecían moverse a pesar de tener un estado mínimo de energía. Pese a que esta teoría violaba la simetría fundamental de la física, en la cuarta dimensión –el movimiento del tiempo– un cristal se materializa con la habilidad de contener el tiempo como un reloj. Sin embargo, hasta ahora no existía una manera de comprobar que en esta dimensión tuvieran una forma física. 

En el 2012, Wilczek y su grupo de físicos teóricos del MIT hicieron un experimento en el que usaron un objeto que pudiera tener un movimiento duradero por períodos movedizos y luego regresara a su estado original, una y otra vez, en un estado de baja energía –conocido como “estado fundamental”. Los resultados demostraron que la energía del estado fundamental implica el “punto cero” de energía de un sistema y, por lo tanto, la ausencia de movimiento –salvo para los cristales de tiempo. 

La diferencia que marcan los cristales de tiempo reside en el movimiento de sus iones, los cuales pueden moverse independientemente de su contenedor. Basta utilizar una trama para los iones o un superconductor de qubits, las partículas usadas en computadoras de quántum para remplazar a los bits de las computadoras en la actualidad, hasta romper indefinidamente la simetría tiempo-traslación. Este es un estado en el que la naturaleza escoge que la normalidad deje de existir, en un loop perfecto para nuevas alternativas.  

En caso de que un cristal sea capaz de alterar el equilibrio de la naturaleza, eso implica que la simetría del tiempo-traslación no es inmune a ser espontáneamente corrompida y que el sistema de no equilibrio puede promover estados interesantes de materia que no existen realmente en los sistemas de equilibrio. ¿Acaso esta teoría podría ser capaz de explicar más que las anomalías de la naturaleza?