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En estas cuevas y pasadizos se congregaron los Caballeros Templarios, druidas y paganos en el paso del tiempo

En un paisaje que incita tanto al misterio como el británico no sería extraño imaginar cuevas medievales, sectas, caballeros, al interior de los magníficos verdes de sus colinas. Lo curioso es que lo anterior, parecido a un cliché de la imaginación, resultó una realidad, según documenta el sitio Bored Panda, y precisamente en Gran Bretaña, en Shropshire.

Un agujero cuya apariencia luce exactamente como el “rabbit hole” proyectado por Lewis Carroll, con menos de 1m de diámetro y asomado en una especie de minicolina rodeada de maleza, musgo y árboles, conduce a pasadizos que se desdoblan en cuevas de roca y que hace unos 700 años pertenecieron a los Caballeros Templarios (la orden militar católica que aumentó su poder e influencia gracias a las famosas Cruzadas, en las que eran recuperadas reliquias y vestigios cristianos de Tierra Santa).

Según los rastros, estas cuevas fueron también empleadas por los druidas (miembros de la clase sacerdotal de Gran Bretaña), paganos y algunas otras sectas.

Los pasadizos llevan a un altar donde se reunían los Caballeros Templarios en una suerte de viaje al inframundo cercano. Hastiados de la concurrencia a la zona, los pobladores de Shropshire decidieron cerrar esta cueva definitivamente. Por fortuna, su existencia fue documentada por el fotógrafo Michael Scott antes de que eso sucediera.