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Una hacker de la memoria explica lo fácil que es implantar recuerdos falsos

Salud

Por: Jimena O. - 10/17/2016

Un apasionante experimento que hará temblar al sistema de justicia actual y de paso nos enseñará mucho sobre quiénes somos

La memoria ha obsesionado al ser humano desde tiempos remotos, a través de ella reconocemos la información que utilizamos para construir nuestra identidad. Todo lo que nos constituye como individuos pasa a través de ella. Sin embargo, solemos pensarla como algo fijo e inalterable, pese a que esto podría no ser del todo cierto.

La investigadora canadiense Julia Shaw, del departamento de leyes y ciencias sociales de la London South Bank University, demuestra en su libro The Memory Ilusion la gran flexibilidad que tiene nuestra memoria. Resulta muy fácil implantar recuerdos falsos que pueden llegar a afectar, entre otras cosas, el resultado de los juicios, conduciendo a personas inocentes a falsear confesiones que terminan por mandarlos a la cárcel.

“Un recuerdo es una red neuronal en nuestro cerebro”, explica Shaw. Estas redes se actualizan constantemente permitiéndonos aprender nuevas habilidades y resolver problemas similares a través del tiempo. Esta característica es lo que hace de la memoria algo dinámico y manipulable. “Cada vez que cuentas una historia cambia el recuerdo que se tiene de ella”. Añadir o modificar algunos detalles o circunstancias la transforma por completo.

Puedes, por ejemplo, creer que tienes recuerdos desde muy pequeño pero esto resulta falso. Antes de los dos años, nuestro cerebro no está suficientemente desarrollado como para almacenar vivencias, a este fenómeno se le conoce como "amnesia infantil". Estos supuestos recuerdos pueden haberse construido a través de fotografías o anécdotas que tus padres u otras personas te cuentan y que terminas aceptando como verdaderas.

Este hecho pone en jaque la confiabilidad del sistema de justicia pues muchas confesiones y testimonios se realizan a partir de recuerdos falsos. “En el laboratorio, convenzo a muchos de haber cometido crímenes que ni siquiera sucedieron hackeando sus recuerdos. Lo hago para demostrar que un interrogatorio puede distorsionar de manera consistente la memoria. Se trata de provocar una confusión entre lo que imaginan y lo que recuerdan”.

Durante el experimento, Shaw dice a los entrevistados que sabe que han cometido un delito, que ha contactado a sus padres y ellos se lo han dicho. Añade detalles sobre la conversación que hacen parecer aún más legítima su afirmación, así como detalles sobre la vida de la persona: sus mejores amigos, la escuela a la que iba, etc. Los hace imaginar una y otra vez las circunstancias del supuesto crimen. Después de algunas semanas, se hace más y más difícil para los participantes distinguir entre eso que han imaginado y lo que realmente pasó conduciéndoles a confesar un crimen que ni siquiera sucedió.

Esto, además de poner en entredicho la fiabilidad del testimonio como prueba determinante de la culpabilidad o inocencia de un acusado, puede explicar la existencia de recuerdos disparatados como las abducciones alienígenas. Muchas personas afirman haber sido secuestradas por extraterrestres que realizaron experimentos en ellos. Una vez que se descarta una enfermedad mental, este fenómeno puede explicarse desde la memoria, dice Shaw. “Es posible que lo imaginaran frecuentemente, tuviesen un sueño al respecto o lo vieran en una película. Esto basta para que comiencen a creer que es real y les pasó a ellos”.

¿Se puede revertir el proceso y borrar recuerdos? Para Shaw esto no será posible durante un buen rato. De cualquier manera, la ciencia ha desarrollado la optogenética, una técnica que a través de la manipulación de neuronas por medio de luz de distintas frecuencias puede “borrar” las emociones relacionadas a ciertos recuerdos. Esta rama de la ingeniería genética y la física óptica apenas se encuentra en desarrollo y no ha sido probada en humanos.

Para Shaw la realidad es pura percepción. “El mundo que experimentas sólo existe para ti en ese momento. Cada día despiertas siendo una nueva persona con un cerebro completamente distinto. Todos los recuerdos son, en parte o escencialmente, falsos. Hay experiencias enteras que nunca sucedieron”. Si nuestras memorias son tan volátiles y se encuentran en constante transformación ¿hay algo que recordemos que sea verdadero o real?