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Así es como la mentira y la atracción pueden leerse en los ojos de una persona

Salud

Por: Luis Alberto Hara - 10/13/2016

Los ojos no mienten, según Tony Montana en "Scarface", y al parecer tenía mucha razón

Hace unas semanas compartimos en Pijama Surf un post sobre los 4 signos del lenguaje corporal que revelan la incomodidad que puede sentir una persona en la compañía de otra. El cuerpo, decíamos en esa nota, posee un lenguaje en el que hay poco espacio para la mentira, pues mucho de su operar es inconsciente, lo cual significa que refleja esos pensamientos que tenemos espontánea, libremente, ajenos a las normas sociales a las cuales a veces tenemos que ceñirnos.

En este sentido, esa frase coloquial que asegura que “la primera impresión es lo que cuenta” parece tener un sustento psicológico, pues expertos del comportamiento humano sostienen que siete segundos bastan para que nos formemos una opinión acerca de una persona, es decir, para que sintamos que nos es agradable o, por el contrario, antipática. Y todo esto sin cruzar ni una palabra con ella. ¿De qué modo? Por el lenguaje corporal.

A continuación compartimos la manera en que los ojos responden a dos situaciones muy precisas: decir una mentira y sentirse atraído por algo o alguien.

 

Si alguien miente o si dice la verdad

La mentira es una especie de cortocircuito para nuestro cuerpo. Podemos engañar a alguien con nuestra palabras, pero nunca a nosotros mismos, y la reacción del cuerpo es evidencia de ello. Diversos estudios han comprobado que en especial en los ojos se refleja la intención de mentir de una persona en un gesto muy simple: romper con el contacto visual. Una de las investigaciones más interesantes al respecto (que puede consultarse en este enlace) liga esta reacción con el vínculo entre madre e hijo y cómo en los primeros años de formación, el bebé experimenta el hecho de que su madre no lo vea como un signo de desaprobación, que sobreviene cuando se hace algo “malo”.

Ahora bien, también es cierto que al saber esto, muchas personas hacen un doble esfuerzo por sostener la mirada de aquella con quien conversan. Lo cual, para decirlo rápido, es aún peor.

Dejar de mirar a alguien también puede ser reflejo de que se está distraído con otra cosa, en este caso, con los pensamientos e ideas que pueden hacer verosímil una mentira. Incluso puede ocurrir que la frecuencia del parpadeo disminuya.

 

Atracción (o repulsión)

Los ojos son la “ventana del alma” en más de un sentido. En el caso de la atracción, la mirada es lo primero que la delata, y esto con un un movimiento totalmente involuntario: la dilatación de la pupila. En México, cuando una persona ve algo o a alguien que le gusta, se dice coloquialmente que “le brillan los ojos”, porque, en efecto, así ocurre. Nuestra pupila se deleita con lo que nos causa placer. Y en sentido opuesto, lo que nos desagrada simplemente no queremos mirarlo. Así de sencillo.

Otra cosa que ocurre con los ojos ante la vista de algo atractivo es el parpadeo. De acuerdo con Blake Eastman, fundador de The Nonverbal Group, cuando una persona está emocionada parpadea intensamente.

 

¿Qué te parece? ¿Los ojos nunca mienten, como dice Tony Montana en Scarface?

 

Imagen: Franz Xaver Winterhalter, Retrato de Leonilla Bariatinskaia, Princesa de Sayn-Wittgenstein-Sayn (1843; detalle)