Todos queremos ser atractivos y con frecuencia nos obsesionamos con nuestra imagen pensando que si tan sólo fuéramos más fuertes, altos, atléticos, blancos, morenos, etcétera, lograríamos ser más atractivos y por ende más felices. A pesar de que la apariencia física definitivamente sea un factor de atracción, no es el único, de hecho también es importante cómo te mueves. Ya que la percepción de algo sexy es una combinación entre las formas y el movimiento y nuestros cerebros están diseñados para identificarlos, así como para notar las inconsistencias.
En la Universidad Queen el profesor Nikolaus Troje decidió crear un experimento para adentrarse en este punto. Nikolaus y su equipo utilizaron algunos círculos para representar a personas y capturar los movimientos de sus cuerpos al caminar, logrando reducir a una persona a 15 movimientos que representaban tanto la forma de su cuerpo como sus movimientos. Luego los investigadores separaron estos dos aspectos y los intercambiaron con datos obtenidos de otras personas. De tal manera que tomaban la forma del cuerpo de una persona y los mezclaban con los movimientos de otra, creando híbridos. Finalmente registraron los niveles de atracción que inspiraban estas imágenes compuestas.
Lo que descubrieron fue que nuestros cerebros tienen cierta preferencia por la consistencia y que si la forma corporal y el movimiento no parecen tener una relación coherente, somos capaces de identificarlo inmediatamente, y no sólo eso, lo rechazamos. En palabras del profesor Troje:
Nuestro sistema visual es un detector de mentiras sensible que percibe incluso las inconsistencias más sutiles y responde a ellas de manera negativa.
Frente a esa información la inevitable pregunta es ¿por qué pasa esto? Y al respecto los investigadores a cargo de este experimento han sugerido que la consistencia es percibida por el cerebro como una señal de salud. De tal manera que si algo nos parece raro, nuestro cerebro lo nota y usa esa información para evaluar las cualidades de una pareja potencial para la reproducción. Entonces ¿qué es lo que se supone que debemos hacer para ser más atractivos? De acuerdo a Troje, lo mejor es ser nosotros mismos pues no hay una serie de movimientos que funcionen para todas las personas debido a la diferencia en formas corporales. De tal manera que la conclusión es un pedazo de sabiduría milenaria, pero la diferencia es que ahora podemos decir que está avalado científicamente.