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Quizás Pamela Anderson se refiere a que el porno (en el que no sales tú) es para perdedores. Conformando una extraña pareja, la exconejita de Playboy y el rabino Shmuley Boatech, autor de libros como Kosher Sex, han levantado una campaña en contra del porno, lanzando una editorial en el Wall Street Journal donde condenan la pornografía.

Anderson y el rabino dicen que el porno es "un peligro público de seriedad sin precedentes" y lo describen como "un aburrido desperdicio y callejón sin salida para personas demasiado flojas para cosechar los amplios beneficios de una sexualidad sana", algo que seguramente no será muy popular, dados los cientos de millones de personas que ven porno e, incluso, con otros tantos de personas que no logran tener una sexualidad muy sana, no porque sean flojos. sino por diferentes condiciones como su salud, su estatus social, o la influencia misma de la sociedad y de la cultura de celebridades como Anderson, que los hacen creer que son inadecuados. 

El rabino y Anderson llaman a una "revolución sensual" que "aliará la sexualidad con el amor, la fisicalidad con la personalidad, la mecánica del cuerpo con la imaginación, la liberación orgásmica con las relaciones duraderas".

Anderson no ha sido tomada muy en serio quizás porque ha salido en la portada de Playboy más de 14 veces y ha aparecido en diversos videos donde sale desnuda (además de sendos sextapes, aunque esos supuestamente no fueron grabados para el público). Esto desacredita sus argumentos en cierta forma, los cuales además tienen cierto matiz moralino –el rabino dice que la masturbación lleva a la separación de los matrimonios–, etcétera. Sin embargo, es difícil sostener que el porno no sea un problema de salud, según revelan cifras sobre la creciente adicción a él. Y aunque el calificativo de que el porno es para perdedores carece de tacto, es cierto que ver mucho porno puede hacer que las relaciones íntimas sean más difíciles y pasa su sombra irreal sobre los actos sexuales comunes (el sexo real no es como el sexo que vemos en el porno, algo que no es evidente para todos). Así que el mensaje quizás no deba ser desestimado del todo, aunque ciertamente parte de su discurso es un poco confuso y alguien podría decir que contradictorio. 

¿Qué seguirá después, Pamela Anderson en una porno para promover que no veamos porno?

Aquí puedes leer un poema que escribió Pamela Anderson sobre su nueva revolución sensual.