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Reconocida investigadora habla sobre inequidad de género en las ciencias (VIDEO)

Ciencia

Por: Luis Alberto Hara - 08/01/2016

Para la doctora Joy Hirsch la inequidad de género en la ciencia no siempre es malintencionada sino "probabilística", dadas las condiciones laborales actuales en todos los campos, que privilegian a los hombres

Muchas compañías se escudan en la responsabilidad social y la equidad para limpiar su imagen frente al público (consumidor) mientras que en su interior se reproducen los mismos esquemas que limitan una verdadera equidad salarial y social entre hombres y mujeres. La ciencia y la academia no son la excepción. La doctora Joy Hirsch es profesora de psiquiatría y neurobiología en la Universidad de Yale, además de ser una de las líderes del campo, y su laboratorio de funciones cerebrales ha realizado "contribuciones fundamentales para la comprensión del procesamiento neural para el control cognitivo que permiten comportamientos flexibles dirigidos a metas, incluyendo la resolución de conflictos", según su sitio web.

De acuerdo con Hirsch el trabajo en su laboratorio se basa en el consenso y la colaboración, y con el tiempo ha aprendido a valorar las diferencias más que a tratar de imponer un orden unilateral y monolítico. Pero el hecho de que en la actualidad su trabajo sea visto y reconocido no quiere decir que no haya tenido "experiencias de discriminación sumamente extraordinaria".

Este tipo de discriminación, a decir de la doctora en entrevista con Big Think, "no es intencional, sino probabilística. Esto significa que en cada pequeño punto de decisión que una mujer científica debe tomar, ella es un poco, sólo un poco, más vulnerable que sus colegas homólogos varones".

Bajo la misma lógica probabilística, hay que fijarse en los números: aunque las carreras en ciencias "duras", como Hirsch las llama, comiencen "con una distribución de 50/50 de mujeres", conforme pasa el tiempo y se avanza en la jerarquía se ven menos y menos mujeres en los rangos más altos de la misma. Algunas explicaciones suenan más bien a pretextos: "es fácil dar explicaciones acerca de, ya sabes, las complejidades de la vida, la familia, etc., etc. Eso no es suficiente si le preguntas a la mujer que comenzó con la trayectoria y no la terminó".

Incluso si las mujeres en ciencias logran trascender las etapas formativas, al entrar en las cátedras más avanzadas no gozarán de los mismos privilegios que sus colegas hombres.

En el caso de Hirsch, esta situación no ha sido suficiente para sacarla de la investigación, e incluso no recomienda a otras colegas sentirse decepcionadas por este estado de cosas sino seguir su pasión para cambiarlo: "Si amas la ciencia, si eso es lo que naciste para hacer, entonces que nada de esto te quite el impulso. Sólo ve y hazlo". Cierto, no será sencillo en ocasiones, "a veces deberás aprender que no puedes ser una dama. Así que si tienes que patear traseros, ve y hazlo. Eso es lo que las mujeres van a tener que hacer: van a tener que enfrentar eso de vez en cuando, que va a haber ocasiones en que vas a tener que ser más dura de lo que eres".

Su recomendación para las empresas, centros de estudio y jefes en general es "que valoren a sus mujeres, que le dejen saber a las mujeres que son valoradas y que se esfuercen por colocar apoyos en los lugares que permitan que las mujeres talentosas y ambiciosas contribuyan lo mejor que puedan".