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Exagerar la entonación al hablar con bebés los ayuda a aprender más rápido

Ciencia

Por: Luis Alberto Hara - 08/04/2016

Las virtudes del "maternés" permiten que los niños pequeños adquieran un mejor conocimiento del idioma con economía de información, permitiéndoles percibir aspectos importantes de la lengua

Muchos hemos notado la forma afectada y cariñosa que usan los padres y madres al hablar con niños pequeños: cada sílaba y cada tono se pronuncia de manera exagerada, casi teatral, e incluso están quienes dicen que esta forma de hablar a los niños es irrespetuosa y que deberíamos hablarles en un tono normal. Son estos últimos quienes se verán sorprendidos y acaso escépticos frente a los descubrimientos del profesor Patrick Shafto, matemático e ingeniero de computación de la Universidad Rutgers, quien ha encontrado que el "maternés" de hecho es bueno para los niños, "pues les ayuda a aprender propiedades relevantes del lenguaje".

El "maternés" (motherese) fue descrito por Ludo Beheydt a través del "principio de primacía semántica", ya que además de servir como aprendizaje de la lengua es en sí mismo un sistema interactivo de comunicación que complementa la entonación exagerada de las palabras con otros señalamientos corporales y contextuales. La investigación de Shafto y sus colegas trató de señalar claramente qué es lo que hace efectivo al maternés versus la entonación habitual del lenguaje adulto.

Para este estudio, los autores separaron los sonidos de las vocales en el habla de los adultos para crear un modelo matemático que pudiera predecir y entender los más mínimos patrones del lenguaje. Luego compararon tales patrones con los diferentes métodos de habla adulta, y encontraron que el habla dirigida a los niños se parecía más a dicho modelo.

A decir de Shafto, "los sonidos seleccionados exageran las propiedades importantes que los bebés necesitan y atienden, y sobre las que aprenden". Esto quiere decir que "si exageras de la forma correcta, lo que obtienes es un aprendizaje más rápido a partir de menos información".

Los resultados no pueden ser concluyentes simplemente porque los bebés no pueden aportar una experiencia directa de su propio aprendizaje del lenguaje; sin embargo, Shafto cree que estas mismas propiedades presentes en el maternés pueden verificarse al investigar el habla de los adultos en otros contextos, como cuando se dirigen a sus mascotas o a hablantes de lenguas extranjeras.

En el caso de las mascotas el habla se exagera con fines emotivos, no porque realmente se considere (o no en todos los casos) que las mascotas entienden el lenguaje articulado; pero con los extranjeros, cuando no está presente el componente emotivo, el esfuerzo por exagerar los vocablos permite ayudarles a comprender con más facilidad los sonidos de una lengua con la que no están familiarizados. Estos descubrimientos, según el investigador, servirán para comprender mejor la forma en que los bebés adquieren el lenguaje, así como para desarrollar mejores métodos para el aprendizaje de lenguas extranjeras. "Pienso que es un buen ejemplo de por qué el rigor matemático es importante en áreas donde no lo esperarías", dijo el autor en una entrevista.