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Estos libros incluyen escenarios postapocalípticos, imágenes vívidas, conspiraciones, sociedades secretas y muchas emociones fuertes

La novela rusa ocupa un lugar especial en el corazón de muchos lectores, pues este término de alguna forma se ha vuelto sinónimo de un argumento intrincado y un abanico de emociones profundas. Usualmente estos trabajos literarios se internan en reinos fantásticos y especulativos de forma altamente estilizada y con un toque de cinismo. En estas novelas abundan las imágenes vívidas, emociones fuertes, devoción por filosofías ocultas y estos cuatro libros proporcionan un atisbo al lado surrealista de la vida tras el final de la Unión Soviética.

1. El Slynx, de Tatyana Tolstaya

El único trabajo de esta autora se sitúa 200 años después de que una explosión le pusiera fin a la civilización. En este mundo apocalíptico los humanos comen ratas y lombrices y han olvidado cómo crear fuego. Además la explosión ha dejado su marca en ellos a través de la aparición de garras, colas y branquias. Algunos seres incluso son una especie de mutantes cuadrúpedos. Sin embargo existen centros con pequeñas comunidades cuya intención es restaurar algún tipo de normalidad. Todo esto puede parecer muy común si de escenarios postapocalípticos se trata, pero existe un personaje que introduce un nuevo giro, pues ha elegido hurgar entre las ruinas en búsqueda de libros cuya autoría después reclama. Esta novela de Tolstaya contiene ecos que inevitablemente nos recuerdan a algunos ejemplos de la gran literatura rusa del pasado. Pero tambien es un vívido retrato de los alcances de la crueldad humana y un tributo a la fuerza del arte. 

2. El bibliotecario, de Mikhail Elizarov

Las sociedades secretas y conspiraciones abundan en este libro. Al principio de la novela el lector conoce a un autor olvidado de novelas propagandísticas que estuvo activo durante la era de la Unión Soviética. Los libros que aún quedan de él tienen un extraño poder pues leerlos puede despertar en las personas habilidades aumentadas y también detener la decadencia física y mental de la vejez, de tal manera que una serie de organizaciones busca entrar en posesión de estas obras. Son enemigos poderosos y la tregua entre todas estas fracciones es frágil. El protagonista de esta novela hereda el título de bibliotecario en uno de estos grupos y pronto descubre un terrible plan. 

3. Y. T., de Alexei Nikitin

Esta es una novela corta en la que un experimento mental realizado en la década de los años 80 regresa a torturar a un hombre llamado Davidov. Esto involucra específicamente una historia alternativa entre Europa y Asia que él y algunos de sus estudiantes visualizaron como un juego de estrategia en su juventud. En ocasiones esta novela nos recuerda a El péndulo de Foucault de Umberto Eco, ya que es el tipo de libro en el que los misterios y las conspiraciones se empalman y afectan entre ellas, dando fruto a una serie de teorías bizarras e inesperadas. 

4. Trilogía del hielo, de Vladimir Sorokin

Este autor es uno de los escritores de ciencia ficción más conocidos en occidente y en este libro presenta un mundo con un sistema de creencias descabelladas que irónicamente podrían ser verdad. En el mundo que Sorokin crea en esta novela seres inmortales con apariencia humana son despertados al ser golpeados en el pecho con martillos de hielo. Estos seres atienden sus intereses en secreto y se están preparando para un evento trascendental. Sorokin mezcla magistralmente la ciencia ficción con nociones new age, el caos que caracteriza a algunos videojuegos y los torcidos recovecos de la propaganda comunista, de tal manera que esta podría ser una crónica épica del delirio colectivo que acompañó a Rusia a través del siglo XX, desde los tiempos de los zares hasta su transición a una economía moderna.