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Alrededor de la falla de San Andrés se han registrado múltiples sismos que están siendo provocados por fuerzas que provienen del Sol y la Luna

Todo está conectado. Este es uno de los principios fundamentales tanto en el plano místico como en el científico. Básicamente se refiere a que el efecto de la existencia de cualquier cosa influye en todo lo demás. Un ejemplo contundente de esto es el influjo de otros cuerpos en nuestro planeta, por ejemplo del Sol y de la Luna.

Es bien sabido que el Sol interviene de manera directa en el campo electromagnético de la Tierra, en especial a través de las tormentas solares, y que las mareas de aquí se ven afectadas de forma contundente por la Luna. Pero recién se acaba de determinar que ambos cuerpos están detonando una constante actividad sísmica en el planeta, particularmente alrededor de la falla de San Andrés (ubicada en la cosa oeste de Estados Unidos y parte del norte de México). 

La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, examinó más de 80 mil sismos registrados entre 2008 y 2015. La conclusión fue que además de la actividad de las mareas, las fuerzas gravitacionales que nos remiten al Sol y la Luna estarían incidiendo directamente sobre la falla, ocasionando "disturbios sísmicos". 

Nicholas van der Elst, geofísico de la U.S. Geological Survey y quien encabezó el estudio, declaró para el sitio Phys.org: 

¿Es bastante loco no? Que la Luna, cuando está jalando en la misma dirección que la falla está avanzando, provoca que la falla avance más y más rápido. Lo que esto muestra es que la falla es muy débil, mucho más de lo que uno esperaría, si consideramos que hay más de 20 millas de piedra sobre ella.